¿Están buscando la prueba? En la grabación que ha publicado El Espectador este domingo aparece con evidencia. Son los nombres del entonces congresista Pedro Muvdi, hoy detenido por acusaciones por vínculos con paramilitares, y el exdirector del Invias seccional Cesar, Layonel Arenas. Esa grabación fue hecha por organismos oficiales y da muestras de hacerse de forma legal, investigando delitos que se cometen desde las cárceles.
¿Qué dicen los interlocutores? Que hay unos interventores de obras públicas que tienen que darle dineros al hoy excongresista y el exfuncionario público, que como aquél debe preservar los dineros, que son de la comunidad o de los particulares, se presta para recaudarlos para las arcas del político.
Contantes y sonantes. Sí. Así los requiere el excongresista, que hace nombrar a los interventores a cambio de un dinero, y ese dinero es por el nombramiento mismo o porque esos interventores se lo piden a los contratistas ejecutores de las obras públicas. El director de orquesta, el excongresista o el exdirector del Invias, son los tesoreros de una faena que se repite.
Ya el pueblo en su sabiduría y en los comentarios en las calles no se llamaba a engaños: los políticos se enriquecen, se roban el dinero de la gente y las obras no se hacen, se hacen a medias o cuando se terminan es a un costo tan alto que tiene que dar para la ‘coima’ del político y su criminal organización.
Ya se conoce el desgaste para la conclusión de obras públicas. ¡Por supuesto! Si los mismos interventores no intervienen o lo hacen a medias o de forma grotesca y extorsiva para que el contratista les dé dinero y entran así, igual de corruptos, el contratista y su interventor, el contratante estatal y el político que se mueve entretelones, en un negocio en el que no se exigen los contratos, no se hacen los informes, no se verifica con rigurosidad el tipo de material de la obra y la comunidad, el pueblo, que lleve.
La sociedad está notificada de que así se están construyendo los líderes políticos del Cesar (y de La Guajira). ¿Habrá excepciones? Ojalá. Que haya algunos, que no será fácil reconocer, y se parezcan a los dirigentes que crearon el departamento y sacrificaban su patrimonio para servir a la causa del progreso.
Uno de ellos fue Adalberto Ovalle Muñoz, que siempre fue vigilante de los dineros públicos, amigo de Carlos Lleras, protector de la rectitud y la transparencia. Fue condenado y censurado en ese propósito. No desfalleció y murió con la conciencia tranquila de haber enfrentado a los corruptos y nunca gozar de un dinero propio que no fuese el de su trabajo o el de la diáfana herencia familiar.
Su hijo Franco Ovalle es el gobernador del Cesar hoy, primera autoridad del departamento, a quien llamamos a que de forma proactiva y enérgica, llamando a la Fiscalía, a la Contraloría, se haga parte de la nueva cruzada contra la corrupción. Pensamos que Franco está hecho de ese carácter de su padre, de su altiva familia, y dudamos de que Franco ya haya entrado pleno, con su omisión por lo menos, en enfrentar esa red criminal que desangra al Estado y a la sociedad, y que se mueve entre sus propios despachos día a día.
Ese carrusel de contratos debe parar. Entre congresistas, contratistas, alcaldes, funcionarios, eso debe parar. Algo va a pasar. Algo tendrá que pasar para bien de la sociedad, si no lo hacen las autoridades llamadas a ello, habrá otras. Un cesarense claro está al frente también de la Contraloría General de la República, Edgardo Maya Villazón (los contralores sub-nacionales, los del departamento y municipios, fueron designados más para tapar que para controlar a los gobernantes y la enquistada corrupción, en no pocos casos fueron producto de esta. ¿Qué se puede esperar? Es un llamado a su intervención. A él le duele está región y su partido, el Liberal, afectado por esta exposición grabada de quien fuera su jefe regional.
Señores. Esto tiene que cambiar. Por Dios, por Santo Eccehomo, por la suerte de los vallenatos y los cesarenses, por nuestros hijos y nuestros nietos y las generaciones por vivir; por los desvalidos de hoy, esto tiene que cambiar.
¡Algo va a pasar!