Las autoridades del municipio de Chiriguaná investigan la extraña muerte de José Manuel Torres Simanca, un labriego que residía en Valledupar.
El cuerpo sin vida de Torres Simanca fue encontrado a las 6:00 de la tarde del pasado miércoles por otros campesinos, en una trocha que comunica al caserío Arenas Blancas con el corregimiento La Aurora, jurisdicción de Chiriguaná.
Los testigos dieron aviso a la policía, que acudió al lugar para realizar el levantamiento de cadáver que yacía al interior de un vehículo que estaba encendido.
La familia de José Manuel, que reside en el barrio 25 de Diciembre de esta capital, señaló que “Iba entrando a la finca Villa Soveidita, ahí un vecino lo encontró a las 6:00 de la tarde y enseguida comunicó a la policía”, dijo Soveida Vega, esposa de la víctima.
El hombre de 57 años tenía dos heridas en la parte de atrás del cuello, por lo que las autoridades creen que le habrían propinado varios golpes.
Sin embargo, la esposa aseguró que José era un hombre muy querido en esa región por lo que desconoce los motivos por los cuales lo habrían asesinado.
En medio de la angustia y la impotencia, Soveida recordó que lo último que habló con su marido antes de partir desde Valledupar hacia Chiriguaná, fue que le dijera a su hijo José que cuidara de sus hermanos menores y que la quería mucho.
“Estaba contento, me dijo antes de irme, Dios te amo, no sabes cuánto te quiero, eres la única mujer de mi vida y antes de irse en el carro dijo que le recordara a José, su hijo, la promesa de cuidar a los pelaos”, manifestó Soveida.
José Manuel Torres Simanca, oriundo de Codazzi, Cesar, era cristiano de la Iglesia Pentecostal de Colombia, dejó cinco hijos y fue sepultado por sus seres queridos la tarde de ayer en el Cementerio Central de esta ciudad.
Redacción EL PILÓN