Con los pies y manos maniatadas fue encontrado el cuerpo sin vida de Miguel Darío Maestre Sarmiento, de 86 años de edad, quien fue asesinado mediante asfixia en el corregimiento Las Raíces, ubicado al norte de Valledupar.
El hallazgo se dio en la mañana de este sábado en su lugar de residencia localizada a las afueras del pueblo cuando al sitio llegó su hijo y lo encontró muerto.
Hermes Rodríguez, inspector del corregimiento, comunicó que los ciudadanos no se dieron cuenta del hecho porque la víctima no tenía vecinos cercanos y muy pocas veces salía.
“Violaron su residencia se le metieron por el techo, lo amarraron y lo asfixiaron. El hijo cuando llegó de Valledupar fue quien se dio cuenta que lo llamó y no respondía, la puerta la dejaron entreabierta. Estaba boca abajo, lo maniataron de pies y manos, con una toalla en la boca, al parecer, lo asfixiaron”, dijo el inspector.
El adulto mayor vivía solo y sobrevivía de sus actividades relacionadas con el campo, además de la ayuda de sus hijos.
“Ahí en su casa le desordenaron toda la habitación como que estaban buscando bienes. Él se dedicaba a los oficios domésticos de su casa tenía sus vaquitas, sus gallinas, criaba especies menores”, agregó Rodríguez.
Entre tanto el comandante del Primer Distrito de Policía (e), mayor Alex Molina, comunicó que los hechos son materia de investigación y que la muerte de Maestre está por determinar aunque se sospecha de una asfixia producida al adulto mayor.
“La casa es como una parcelita, se llegó a acordonar el área, lo que se conoció fue que del patio como que corrieron una teja como si su hubieran metido por allá, eso fue lo que nos explicaron… El caso quedó en manos de la Sijín”, explicó el mayor Molina.
Esta es la primera vez que un hecho violento con estas características se presenta en el pueblo, por lo que el inspector desarrollaba acompañamiento a los familiares para realizar las diligencias correspondientes y que las autoridades empiecen a investigar.
El cuerpo de Maestre Sarmiento permanecía en Medicina Legal de Valledupar y hasta el cierre de esta edición sus familiares se desplazaban hacia ese lugar.
Por Marllelys Salinas M. / EL PILÓN
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