Uno de los delitos de mayor impacto en la seguridad ciudadana es el homicidio que a dos días de terminar el año registra 204 casos, presentando una reducción del 22 por ciento con relación al año pasado que tuvo 264 víctimas.
Mientras que el secuestro, una práctica que se pensaba estaba erradicada del Cesar, tuvo tres casos el año pasado y ascendió a cinco en el presente. Lo anterior, obligó a la Dirección Nacional de Policía a fortalecer el Grupo Antisecuestro y Antiextorsión, Gaula, que ha mantenido las extorsiones en 89 denuncias, 47 menos que en el 2013.
La mayoría de los secuestros de manera inicial fueron atribuidos a grupos guerrilleros, pero en gran parte de las investigaciones las autoridades establecieron que se trata de grupos de delincuencia común que se identifican ante sus víctimas como integrantes de las Farc, Eln o Bacrim.
De igual forma, las acciones terroristas y subversivas este año no tuvieron protagonismo como sí ocurrió el año anterior con cinco casos, en su mayoría en las zonas rurales.
En los cascos urbanos los delitos más comunes son lesiones personales, hurtos en su diferentes modalidades (robos a residencias, establecimientos comerciales, automotores, atracos a personas) disminuyeron en un 19%.
En cuanto a la seguridad vial, la tendencia también es a la baja. Van 176 muertos en accidentes de tránsito, mientras que el año anterior hubo 206 y 586 lesionados.
Cuestión de percepción
Según el coronel Edgar Martínez, subcomandante de la Policía Cesar, aunque los índices delictivos han disminuido notablemente, la percepción de inseguridad en la comunidad sigue en aumento.
“Siguen latentes muchas preocupaciones, una de ellas es el hurto, especialmente en el atraco a mano armada que dejó víctimas fatales este año y hemos venido trabajando duro en el aspecto investigativo de estos crímenes logrando esclarecer algunos y otros en los que las investigaciones van por buen camino”, así explicó la situación.
Agregó que el número de capturas también ha sido mayor con 4.395 casos y por ello el hacinamiento en la Unidad de Reacción Inmediata, URI, de la Fiscalía; Estación de Policía en la carrera cuarta y la Cárcel del Distrito Judicial de Valledupar.
“Sabemos que el crecimiento de los barrios subnormales ayuda a incrementar los aspectos delictivos en las diferentes ciudades”, puntualizó el oficial que hace dos semanas recibió cien uniformados para reforzar la Policía en Valledupar, durante las celebraciones de Navidad y fin de año.
De los refuerzos, 50 quedarán de forma permanente en esta capital y el resto será distribuido en los diferentes municipios del Cesar.
Secuestros
El 17 de enero, el administrador de empresas, Luis Enrique Alvernia González, de 41 años, se convirtió en el primer secuestrado del año en el Cesar, luego que sujetos con pasamontañas lo abordaran en una finca de la vereda Algarrobo del municipio de Curumaní.
El 25 de agosto, el comerciante Rodolfo Rojas García fue secuestrado en Aguachica, pero ante su delicado estado de salud, 15 días después su hijo Jorge Rojas Domínguez, de 38 años, solicitó a los secuestrados hacer un canje para dejar en libertad al hombre de 74 años y él seguir en cautiverio mientras conseguían el dinero del secuestro.
El 13 de septiembre, el ganadero Eugenio Villegas Molina, fue retenido por hombres armados en la finca ‘La Puerta del Cielo’, cerca de Pailitas, pero en jurisdicción de la vereda Tutumito del municipio de Tamalameque.
El 22 de septiembre, en el municipio de Pelaya, hombres armados ingresaron a una compraventa de maíz y se llevaron a Luz Estela Rodríguez Ascanio, esposa del propietario del local. Los desconocidos montaron a la fuerza a la mujer en una camioneta con rumbo desconocido.
Por Redacción Judicial / EL PILÓN