En el Hospital Eduardo Arredondo Daza de Valledupar son atendidos por los menos cuatro intentos de suicidios mensualmente, mostrando la grave situación de autoeliminación en esta capital.
Liriola De León, psicóloga de este centro asistencial de primer nivel con sedes en diferentes sectores de la ciudad, advirtió que el suicidio es un problema social que pese a las campañas de las autoridades de salud sigue latente.
“A los intentos de suicidio las familias no les prestan atención y atendemos entre cuatro y cinco casos al mes, principalmente por ingesta de pastillas, ahorcamientos, envenamiento y corte de venas”, explicó la profesional.
Advirtió que los suicidios ocurren tanto en niños como en adultos, por lo que las familias deben estar atentas a los indicios que manifiestan quienes tienen mentalidad suicida.
“Los padres deben estar atentos a toda situación, cambio de conducta de los niños y en los adultos casi siempre influye el tema económico y afectivo, pero la familia cuando se viene a dar cuenta de estos casos ya es demasiado tarde”, advirtió De León.
Según el secretario de salud municipal, John Gil Rojas, en lo que va corrido del año en Valledupar se han registrado 10 suicidios; cinco hombres e igual número de mujeres.
Dos en un día
Los dos casos registrados el domingo son un campanazo de alerta para las autoridades de salud. Omar Orejarena Arenas, de 37 años, administrador de un restaurante, se suicidó en el barrio Simón Bolívar; a las 10:00 de la mañana, en una bodega ubicada del parqueadero del restaurante Quiles, donde una de las empleadas lo encontró ahorcado con una soga que pendía del techo.
A las 2:30 de la tarde, Kevin Andrés Obregón, de 11 años, fue encontrado ahorcado en la casa de campo Loma Fresca, ubicada en el corregimiento de Valencia de Jesús.
“No sé qué pasó, no estaba triste ni nada, almorzó como si nada y salió a bañarse a la pileta”, dijo a EL PILÓN Vilma Esther Yerena, madre del niño.
Por Redacción Judicial / EL PILÓN