Con una extensa cabellera, una apariencia atlética y hasta barba, luce Juan David ‘El Pollito’ Herrera dentro del Centro Penitenciario Regional de Alta Seguridad de Cómbita, Boyacá.
Desde octubre de 2017, el rey del Festival de la Leyenda Vallenata fue trasladado de la Cárcel Judicial de Valledupar hasta Cómbita, han pasado 11 meses y hasta ahora a través de fotografías se conoció su apariencia física.
Herrera, de 43 años, asegura que el trance por dicho centro penitenciario “es teso”. “Cuando salga saldré con trenzas porque tengo mucho pelo”, dijo. El cabello del acordeonero sigue negro, pero en su barba ya se le notan canas. Así se aprecia en la fotografía conocida por EL PILÓN y que entregó a su amigo, compadre y hoy sustento, José Luis ‘El Tete’ Peña.
‘El Pollito’ Herrera nació en Evita, corregimiento de Mahates, Bolívar, pero está condenado a pagar una condena de 15 años y seis meses de prisión, por el delito de acceso carnal abusivo en concurso con acto sexual abusivo con menor de 14 años.
Desde Cómbita ‘teje’ versos para Dios y para sus amigos. Tiene innumerables canciones inéditas que ha hecho, toca su acordeón a diario y anima a los compañeros de su patio cantándoles canciones, esas mismas que grabó al lado de Miguel Morales como ‘Mi diosa humana’, ‘Que me puedas amar’, ‘No debí enamorarme’, ‘No te detengas’, ‘Sirena encantada’, entre otras.
La captura
El 16 de abril de 2012, miembros de la Sijin de la Policía capturaron a Juan David Herrera Pimentel en las afueras de su residencia ubicada en el barrio Primero de Mayo de Valledupar, tras una denuncia de acceso carnal abusivo y actos sexuales con menor de 14 años.
El acordeonero fue denunciado por la madre de la víctima, una menor de 12 años, quien aseguró que ‘El Pollito’ abusó de su hija en dos ocasiones (el 7 de octubre de 2011, cuando supuestamente le hizo tocamiento de los genitales, pero no la penetró. Sin embargo, el día 18 del mismo mes, sí habría consumado el acto sexual en la casa de la niña).
Ya han pasado seis años y cinco meses desde la captura, no ha recibido ningún beneficio a pesar de su buen comportamiento y liderazgo como educador al interior de la cárcel.