Varios desmovilizados sirvieron de testigos a la Fiscalía para señalar a Carlos Acosta como la persona que, presuntamente, militaba en el ELN como el segundo cabecilla financiero del bloque nororiental, que se encargaba de las labores del narcotráfico y terrorismo en los departamentos del Cesar y Norte de Santander.
Las versiones de los exmilitantes, según el ente acusador, fueron pieza clave para identificar y dar con el paradero de Acosta, de 39 años de edad, natural de Curumaní, que se encontraba refugiado en zona rural de la vereda La Culebra del municipio del Carmen, Norte de Santander, a donde llegaron miembros de la Fuerza Pública mediante la ‘Operación Esparta’ para capturarlo junto con otra persona.
“Él era encargado de la recolección de la droga en varias veredas del Cesar y Norte de Santander. Él en esas zonas donde se determinó que hay laboratorios de droga, negociaba toda la producción de pasta de coca para entregársela a otro comandante”, dijo la Fiscalía 132 Especializada en audiencia preliminar del procesado en el Palacio de Justicia de Valledupar.
La funcionaria explicó además ante el Juzgado Segundo Penal Municipal Ambulante con funciones de Control de Garantías, que debido a otra investigación que se adelanta en contra de Acosta en la Fiscalía de Bogotá pudieron determinar que él era el hombre al que se referían los desmovilizados que se encargaba de las finanzas de ese frente de guerra del ELN.
“Se inspeccionó una carpeta de la Fiscalía 17 de Bogotá que lo tiene investigado por el delito de rebelión por hechos anteriores al 2008, en donde supimos su identificación mediante álbumes fotográfico. Y con eso se hizo un reconocimiento con uno de los desmovilizados que dijo que sí era Carlos Acosta, que lo conoció como miembro de la organización y contó su trayectoria”, expresó la fiscal que le imputó al procesado los delitos de rebelión agravado, concierto para delinquir, financiación al terrorismo y fabricación y tráfico de estupefacientes; los cuales no aceptó.
Según la investigación, Carlos Acosta, cuyo alias es su mismo nombre, tenía un recorrido delictivo de 10 años en la estructura criminal del bloque nororiental del ELN, que operaba con droga y demás funciones en los dos nombrados departamentos en los que cometió acciones terroristas como atentar con artefactos explosivos en contra de los policías de Tránsito y Transporte del Cesar, que fallecieron el pasado siete de octubre en carreteras del corregimiento de Los Besotes, jurisdicción de La Gloria, Cesar, y los ataques al puente Simaña de la vía San Alberto- La Mata.