Un nuevo caso de intolerancia que terminó en tragedia, se registró en el municipio de Pueblo Bello, donde al calor de los tragos un hombre fue asesinado con el pico de botella, por el simple hecho de haberle dicho a una persona que llegó a su fiesta que él ya se iba a dormir.
El crimen se registró la madrugada de hoy, en una vivienda del barrio Yovanis Soto, donde la víctima fue identificada como Emilciades Mejía Solís, de 27 años de edad, indígena Wiwa natural del municipio de San Juan del Cesar, La Guajira, quien desde hacía varios años residía en Pueblo Bello y se desempeñaba como mototaxista.
Mejía Solís inicialmente fue atendido en el hospital Camilo Villazón y posteriormente remitido al Hospital Rosario Pumarejo de López de Valledupar, donde los especialistas hicieron todo lo posible por estabilizarlo, pero que la herida resultó mortal.
Denis Guevara Cotes, esposa de la víctima, explicó a los medios de comunicación en la parte externa de Medicina Legal y Ciencias Forenses, que el autor del crimen es Rigoberto Niño Niño, de 38 años de edad, de la etnia arhuaca, quien es conocido de la familia y por eso lo aceptaron en la fiesta.
“Ese señor lo mató dentro de mi propia casa, porque estábamos departiendo en la sala. Ya eran las 3:00 de la madrugada y había quedado él solo. Mi esposo le dijo que ya se iban a acostar, que por favor saliera y se fuera para su casa, porque ya no tenían más ganas de seguir tomando, pero él le insistía en que tenían que acabarse la botella que aún tenía licor. Entonces, mi esposo le dijo que, si él quería seguir tomando, se llevara la botella de ron y se la tomara en otro lado. Eso al conocido no le gustó, se enfadó y para colmo de males, le tiró la botella, pero no le pegó, porque se agachó. En esos momentos hubo agresión verbal mutua y posteriormente se fueron a los puños y patadas y no conforme con eso, cogió el pico de la botella que se había roto y lo hirió en el estómago, lado izquierdo, que le afectó varios órganos vitales, que le causaron su deceso cuando recibía atención médica en Valledupar. Asesinó a mi esposo porque le dijo que no iba a tomar más”, relató la mujer.
En medio de la indignación, Guevara Cotes pidió a las autoridades que se haga justicia, que el crimen no quede en la impunidad, que capturen al asesino y le apliquen todo el peso de la ley, porque mató de manera inmisericorde a una persona con quien tenía una amistad y que lo invitó a la parranda.
Por Abdel Martínez Pérez /EL PILÓN