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Asesinaron a policía vallenato en Antioquia

El cuerpo del uniformado fue trasladado hasta su vivienda en el barrio Villa Miriam de Valledupar.

“Yo no soy un delincuente, no tengo porque estar preso en mi casa”, le respondía a su esposa, el patrullero de la Policía Nacional, Saider Enrique Palomino López, asesinado por sicarios en el corregimiento de Currulao, en el municipio de Turbo (Antioquia), cada vez que la mujer le advertía sobre la violencia que azota a esa zona del Urabá.

Entre lágrimas y llantos de dolor, la conyugue del uniformado recibió ayer el cuerpo sin vida en la manzana 11 casa 7 del barrio Villa Miriam de Valledupar, donde familiares y amigos de la víctima protagonizaron escenas desgarradoras.

Según las autoridades, al momento del crimen Palomino López estaba desarmado, de civil y realizando labores locativas en su vivienda ubicada en el corregimiento de Currulao.

Los delincuentes, según las primeras versiones, llegaron hasta la casa del patrullero en el barrio La Perla, y dispararon en repetidas ocasiones, sin mediar palabra, En el momento del atentado el policía estaba vestido con pantalones cortos, un buzo y guantes para cargar material de construcción.

Las autoridades tratan de esclarecer si el crimen del patrullero, que tenía dos hijos, hace parte del ‘Plan Pistola’ de la banda criminal Clan del Golfo contra la Fuerza Pública que ha cobrado las vidas de otros uniformados en Antioquia.

Palomino estaba al frente del servicio comunitario en la estación de Policía de Turbo y al momento de ser baleado realizaba mejoras en la vivienda que construía para su familia. Llevaba 11 años como policía.

“El patrullero Palomino se encontraba en su día de descanso y como reside en Currulao, se fue hasta el corregimiento donde estaba haciendo arreglos en su casa. Hasta allí llegaron desconocidos que se movilizaban en motocicleta y lo asesinaron por la espalda vilmente”, señaló a Caracol Radio el coronel Luis Eduardo Soler, comandante de la Policía Urabá, al lamentar el hecho violento, registrado a las 3:30 de la tarde del sábado anterior.

Al pie del ataúd, Maribel López, madre del policía asesinado, lloraba desconsoladamente, despidiendo al tercero de sus cuatro hijos. Palabras de resignación envueltas en llanto no dieron tregua. “Hijo de mi alma moriste en tu ley, aunque estuvieras en la Policía en contra de mi voluntad, jamás pensé que trajeran en una caja de madera, siempre pensé en que fueras tu quien me enterraras”, lamentó la mujer, mientras acaricia el vidrio del féretro en medio de la multitud.

“Era una persona muy querida en el barrio, alegre, noble y servicial, era de carácter fuerte pero jamás tuvo problemas con nadie, era muy reservado en su trabajo y nunca nos comentó sobre amenazas, él no hablaba de su labor como policía para no preocupar a mi mamá”, reconoció un hermano del patrullero.
Trascendió que Palomino López tenía dos meses de estar la zona de Turbo y Currulao, además, prestó sus servicios en Arbolete y Carepa.

Hasta la fecha por lo menos siete uniformados han sido asesinados en esa subregión de Antioquia, en lo corrido del año.

“El patrullero Palomino se encontraba en su día de descanso y como reside en Currulao, se fue hasta el corregimiento donde estaba haciendo arreglos en su casa. Hasta allí llegaron desconocidos que se movilizaban en motocicleta y lo asesinaron por la espalda vilmente”: coronel Luis Eduardo Soler, comandante de la Policía Urabá.

Nibaldo Bustamante/EL PILÓN

 

 

Categories: Judicial
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