Dos delincuentes que se movilizaban en una motocicleta acabaron con la vida del patrullero de la Policía Nacional Héctor Javier Duarte Quiroga, de 26 años de edad, cuando se encontraba con su compañera sentimental en zona rural del corregimiento de Morrison, jurisdicción del municipio de Río de Oro, al sur del Cesar.
Duarte Quiroga, quien iba de civil, también se desplazaba en una moto color negro con rojo junto con su pareja, pero hizo una parada para realizar una llamada telefónica, situación que aprovecharon los ladrones.
“En la ruta Aguachica–San Martín, a la altura del caserío El Márquez, de jurisdicción de Río de Oro, fue interceptado por dos sujetos que pretendieron hurtarle el celular, se generó un forcejeó y uno de ellos lo impactó (con el arma)”, manifestó el coronel Jesús Manuel de los Reyes Valencia, comandante del Departamento de Policía Cesar.
Duarte Quiroga sufrió el proyectil de bala en la cabeza en la región parietal del lado derecho con orificio de salida en el parietal del lado izquierdo.
Tras la agresión, los bandidos emprendieron la huida con rumbo desconocido, mientras que Duarte Quiroga tuvo que ser socorrido por su pareja y demás ciudadanos. El policía fue llevado la tarde del jueves a un centro asistencial de Aguachica de donde fue trasladado a una clínica de Bucaramanga, Santander, por la gravedad de las heridas.
En este último centro de salud pereció en horas de la madrugada del viernes, pese a los intentos por salvarlo de los profesionales de la salud.
“De inmediato se dispuso de un equipo especial de inteligencia con Policía Judicial con el ánimo de establecer los hechos y ubicar a los responsables. De igual forma, nuestra solidaridad con la familia y brindamos acompañamiento desde la institución”, puntualizó el coronel de los Reyes Valencia.
El patrullero Héctor Javier Duarte Quiroga llevaba ocho años de servicio en la institución, de los cuales dos años y nueve meses fueron en el departamento del Cesar donde actualmente estaba adscrito en la Estación de Policía San Alberto.
ANTECEDENTE
El anteúltimo policía que murió a manos de la delincuencia fue el intendente de la Policía Jorge Armando Cely Macía, asesinado en un atentado a bala en la vía Curumaní–Pailitas, en el centro del Cesar.
Los hechos sucedieron en el mes de septiembre del año pasado. El uniformado cumplía con su labor de vigilancia en las carreteras cuando recibió un disparo en la cabeza por parte de un sujeto.
Llevaba 19 años y seis meses en la institución y dejó a su esposa con dos hijos.