Para tratar puntos como el no cumplimiento a un fallo del Ministerio de Ambiente para reasentar poblaciones del centro minero del Cesar, la Asamblea sesionará mañana jueves en el corregimiento de Boquerón, de acuerdo con la proposición liderada por el diputado Eduardo Santos Flórez.
“La resolución cumplirá ocho años ya y todavía no se le ha dado cumplimiento, las empresas cada día dilatan más este proceso. Por lo tanto, llevaremos a cabo este debate para exigirle a las empresas el cumplimiento de dicha orden”, explicó Santos Flórez, quien dijo que fueron citados la secretaria de Minas Departamental, Carmen Galvis; el secretario de Ambiente, Andrés Arturo Fernández; representantes de las empresas mineras; director de Corpocesar, Kaleb Villalobos; la Agencia Nacional de Licencias Ambientales y demás autoridades.
Recalcó que Boquerón tiene una población superior a 500 familias, que se traducen en más de 2.000 habitantes, que debían ser reubicados desde el año 2012 y todavía no han llegado a un acuerdo con las multinacionales.
De acuerdo con la Gobernación del Cesar, a través de la Secretaría de Minas, la producción de carbón en el departamento del Cesar desde 1990-2014, fue de 515 millones de toneladas.
El ingeniero Ambienta, Andrés Felipe Meza, afirma que el Cesar es un departamento dependiente, a nivel de exportaciones, de la minería, debido a que el 99% de ellas son producto del envío de carbón a otras regiones del mundo.
Las reservas geológicas de carbón de Colombia están ubicadas en 10 departamentos, entre ellos La Guajira, Córdoba y Cesar. La minería, especialmente a cielo abierto, en territorio cesarense, es realizada por tres empresas: Drummond, Murray Energy Corp (CNR) y Grupo Prodeco (Glencore), que explotan minas como Proyecto La Jagua, Cerro Largo, Calenturitas, La Francia, El Hatillo, Pribenow, Descanso Norte, Descanso Sur.
Desde 2012, el Gobierno Nacional le ordenó a las empresas mineras, un proceso de reasentamiento, debido a que el aire que respiran corregimientos como Plan Bonito (ya reubicado), Boquerón y El Hatillo, sobrepasa los límites de contaminación permitidos.
Carlos mario jimenez / EL PILÓN
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