En la diligencia desarrollada en el Palacio de Justicia la Fiscalía 16 seccional presentó tres testigos del caso.
En el Juzgado Segundo Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de Valledupar inició el juicio oral del asesinato del militar Julio Eliécer Gámez Bracho, sargento activo del Ejército Nacional, en el que la Fiscalía 16 Seccional citó a tres testigos del asesinato del militar asesinado en el establecimiento público la Olla Vallenata el 17 de agosto de 2010.
Al juicio asistieron como testigos por parte de la Fiscalía el director de la Regional Norte de Medicina Legal, quien para la fecha de los hechos, agosto del 2010, se encontraba en la seccional de Valledupar, Carlos Murillo; Carlos Guevara, topógrafo y Merardo Francisco Escorcia, funcionarios del CTI de la Fiscalía. Este último hizo inspección a cadáver.
El médico forense Murillo, declaró: “Cuando se realiza el análisis yo determino que la herida en el cuello puede ser continuidad de la misma que entró en el hombro y salió por el cuello, también quiero aclarar que cuando hablamos de herida no hablamos de espasmos sino de heridas y a pesar de que se describen tres heridas pueden corresponder a dos, porque la del hombro puede ser la misma de la entrada en el cuello. Las heridas dejaron lesiones cráneo cerebral, una fractura en el cráneo, una laceración en el encéfalo que es la más trágica, y un hematoma, y hemorragia interna en el cráneo. La herida en el cuello deja lesiones de grandes calibres y lesiones en las vértebras al final del cuello, trauma facial contundente en el lado izquierdo de la cabeza.”.
Al mismo tiempo, describió: “Las trayectorias que describimos son la parte del paso del proyectil por el cuerpo no establecemos la posición de víctima- victimario; sin embargo, en este caso de acuerdo con la información que nos aportó la Policía Judicial de la persona que está sentada y la trayectoria documenta que los proyectiles venían de atrás hacia delante y la cabeza de arriba hacia abajo y es consistente que la persona estaba de espalda. En medio del procedimiento se dejaron muestras de la víctima como las huellas dactilares a fin de establecer su plena identificación mediante la dactiloscopia”.
Cabe recordar que la noche que sufrió el atentado el militar se encontraba con su compañera sentimental Ana Iris Batista Arrieta, y sus hijos, cuando llegaron sicarios disparando contra la humanidad de Julio Eliécer Gámez Bracho quien murió en el acto.
La esposa de la víctima fue capturada por funcionarios del CTI, tras ser acusada de ser la autora intelectual del hecho, pero en la audiencia de legalización de captura, imputación de cargos y solicitud de medida de aseguramiento, un juez de control de garantías decidió concederle la libertad por falta de evidencias que la incriminaran en su contra.