Ante el Juzgado Segundo Penal del circuito con funciones de Conocimiento, arrancó el juicio en contra de Ana Iris Batista Arrieta, la mujer acusada de mandar a matar su esposo el sargento del Ejército, Julio Eliécer Gámez Bracho, mientras comían en el restaurante ‘La Olla Vallenata’, ubicado en la carrera 19 con calle 6B, al noroccidente de Valledupar.
En la vista pública a la que no asistió la procesada, la etapa de juicio comenzó con la presentación de dos testigos por parte de la Fiscalía 16 seccional, que presuntamente participaron en el asesinato de la víctima, que para el día del crimen, ocurrido el 17 de agosto del año 2010, era miembro activo del Ejército Nacional.
En el juicio rindieron versión juramentada los dos condenados y confesos participantes del asesinato de Gámez Bracho.
Uno de ellos, que, al parecer conducía la moto en que iba el pistolero, manifestó al ser interrogado por la defensa de Batista, que otro de los participantes del crimen le dijo que el trabajo realizado se debió al encargo de la misma mujer del sargento que asesinaron.
“Yo pasé y ahí en el sitio vi al señor: un hombre, moreno y alto. Ella lo mandó a matar por un seguro de vida de unos 200 millones de pesos, eso fue lo que me dijo Zúñiga, que a él lo contactó otra persona”, afirmó el testigo.
El otro en su versión juramentada también involucra de manera directa a la implicada que en el momento goza de libertad por vencimientos de términos.
Aunque la diligencia solo abordó esas dos pruebas, el ente acusador dio a conocer que en total tiene 14 elementos materiales probatorios para demostrar la culpabilidad de Batista del delito de homicidio agravado en calidad de autora material.
Entre los demás testigos se encuentran los ya condenados por el caso como Olga Coronado, Deiner Zúñiga y Elías Mandón, que estarían interesados en colaborar con la justicia; al igual que los informes forenses, la lofoscopia, entre otros.
Por su parte, la defensa explicó que cuenta con unas ocho objetos probatorios para refutar la teoría del organismo investigador que indica que Batista contrató a unos miembros de la estructura criminal ‘Los Urabeños’, quienes con pistoleros en moto perpetraron el homicidio a cambio de dinero que les daría la viuda.