A sangre, sudor y lágrimas -como la célebre frase del exministro británico Winston Churchill- el judoca cesarense Arkángel Barboza García sacó fuerzas de lo más profundo de su ser para coronarse como campeón del judo en los Juegos Bolivarianos Valledupar 2022.
En medio de una montaña rusa de emociones, que inició con dos victorias consecutivas, pero se frenó con una derrota, Barboza llegó al combate final para definir la medalla de oro. Frente al representante de Chile Juan Vega, el oriundo de Aguachica necesitaba un ippon (punto máximo) para no perder la lucha por el título y lo consiguió.
En 1 minuto y 48 segundos sometió al chileno para esperar la sumatoria total y gritar campeón en el escenario ubicado en el coliseo Bilingüe, al norte de la capital del Cesar.
“Agradecerle a Dios, sin palabras de verdad, agradecerle a todas aquellas personas que han estado ahí apoyándome, ha sido un proceso duro, pero acá estamos, agradecerle a Dios, y esto es gracias al esfuerzo que hacemos entrenando a diario, lo mejor está por venir, hay que seguir avanzando, seguir construyendo y cumplir sueños”, dijo emocionado Arkángel, quien dejó caer varias lágrimas antes de abrazar a sus padres, el entrenador de la Liga de judo local, Dodaním Barboza, y su madre Miryam García, expresidenta de la entidad. “Tuvimos una incertidumbre al final, pero los planes de Dios son perfectos, y aquí estamos dando la pelea”, recalcó.
EL CAMINO AL ORO
El camino al oro del deportista de 24 años comenzó con una nítida victoria sobre el paraguayo Saul Landaira, a quien venció en 55 segundos. Luego, se deshizo del venezolano Sergio Mattey para acercarse al lugar más alto del podio.
El tropezón llegó en la tercera pelea, contra el peruano Alonso Wong, que no solo lo derrotó, sino que le dejó al colombiano una herida en la cabeza obligándolo a utilizar una pañoleta, al estilo de los grandes guerreros samuráis del lejano oriente.
El traspié dejó a Arkángel con la presión de vencer por la vía rápida y así lo hizo. Un minuto y 48 segundos bastaron para asegurar la gloria bolivariana.
“Estuvimos a punto de desistir, porque se presentan cosas, uno tiene una pasión pero a veces hay que seguir luchándola un poco más y esperar el resultado. Veníamos de hacer un trabajo desde el año pasado, concentrado con la selección Colombia juvenil, entrenando a diario, con el apoyo de mi papá y todos los entrenadores. Hay que hacer que las cosas salgan”, sentenció el nacido en el Cesar.
‘ES DE LOS JUDOCAS MÁS JUICIOSOS”
A pocos metros del combate, el padre y entrenador de Arkángel, Dodanim Barboza, sufría en carne propia cada paso al metal dorado.
El coordinador deportivo de judo para las justas deportivas, destacó la disciplina del nuevo monarca del judo bolivariano. “Es el premio y el fruto a tanto trabajo de ese muchacho, uno de los judocas más juiciosos que tiene Colombia, no solo es un premio en casa, sino que es la primera medalla de oro del Cesar a Colombia en estos juegos. Cumplió”, dijo Barboza.
Tras el triunfo, llegaron las lágrimas y, con ellas, el abrazo de todos: compañeros, amigos y padres. “Se mueven muchos sentimientos, las lágrimas por todas partes, a Arkángel le han tocado momentos bastantes duros, de los cuales se ha recuperado, hace poco tuvo una lesión en Perú, venía recuperándose, afortunadamente pudo sacarlo adelante”, dijo el progenitor del campeón.
Este martes, Arkángel tiene otra cita con la gloria cuando compita en la categoría por equipos, donde seguramente necesitará nuevamente de “sangre, sudor y lágrimas” para alcanzar una nueva hazaña que premie el sacrificio de toda una familia.
POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA / EL PILÓN