En diciembre de 2021, como se esperaba, Angélica Olarte fue elegida contralora municipal de Valledupar para el periodo 2022-2025. A menos de 6 meses de terminar su periodo, varios sectores políticos cuestionan que no hubo grandes resultados en las auditorías realizadas a las entidades del municipio.
Desde el concurso, su elección fue cuestionada porque realizaron la prueba de conocimiento dos veces, y en ambas los primeros obtuvieron los mismos resultados. Además, una vez fue elegida, se cuestionó su cercanía con el senador José Alfredo Gnecco, con quien había trabajado en la Gobernación del Cesar.
“Era imposible que mostrara resultados cuando su jefe político, el senador José Alfredo Gnecco, era el mismo jefe político del exalcalde Mello Castro. Angélica Olarte viene de la casa Gnecco. Fue funcionaria de la Gobernación del Cesar antes de llegar a la Contraloría”, explicó un profesional que ha iniciado varios procesos en la Contraloría sin respuesta positiva.
A la contralora de Valledupar sus críticos le achacan su silencio frente a obras polémicas como la Estación de Bomberos de Valledupar, la cual no ha sido puesta en funcionamiento tras varios meses de su inauguración; el Sena Étnico, el cual tuvo adiciones de tiempo y dinero, y que tampoco ha entrado en funcionamiento.
La Contraloría no se pronunció alrededor de las denuncias por posibles sobrecostos en el Ecoparque del río Guatapurí, y las constantes prórrogas de tiempo en el contrato para el estudio y modificación del POT de Valledupar.
“Tuvo en su mano el contrato de revisión del POT y a su modo de ver no existieron irregularidades. Es curioso que a la Contraloría no le llamara la atención cómo se extendió el contrato de forma inexplicable y no compulsara copias para una investigación disciplinaria”, comentó otra fuente.
“Aquí no se hace nada porque hay un acuerdo tácito o un matrimonio entre los políticos y la persona que eligen en la Contraloría. Tú no me pisas a mí, y yo no te molesto a ti. No cumplen con su misión. Calculemos, ¿cuánto dinero han recuperado en materia fiscal?”, señaló un ingeniero de la ciudad que hace seguimiento a las obras.
Otra fuente que trabajó en la Contraloría Municipal durante varios años fue más allá y aseguró que “hay un acuerdo directo, y es no tocar a la administración”.
INFORMES
La Contraloría Municipal de Valledupar tiene la misionalidad de realizar auditorías financieras y de gestión, actuaciones especiales de fiscalización, auditorías de cumplimiento y procesos fiscales sancionatorios, entre otras.
En estos 3 años, más allá de un fallo por un canon de arrendamiento y una tutela a Afinia, la Contraloría Municipal no fue noticia. “Antes cada informe de la Contraloría Municipal generaba noticias y tenían hallazgos qué mostrar. ¿Cuáles son los hallazgos que ha mostrado esta Contraloría?”, cuestionó un exfuncionario de la entidad.
Incluso, en la página web no se encuentran con facilidad los informes y auditorías que ha realizado la entidad, más allá de los planes. Esta polémica no es exclusiva de Valledupar, por eso, desde hace varios años se ha promovido la supresión de las contralorías territoriales.
“Las contralorías territoriales se convirtieron en unos aparatos burocráticos que sirven para una de dos: para perseguir enemigos políticos o para encubrir, acomodar y pagar favores. No aparece el control fiscal por ninguna parte”, aseguró el representante a la Cámara, Hernán Cadavid, quien el año pasado llevó al Congreso la propuesta de eliminarlas.