Después de una década de estar luchando en las filas de la subversión, un guerrillero del ELN, desertó de esa organización en la que se identificaba con el alias de Héctor, quien adujo estar cansado, de recibir maltrato de sus jefes, de aguantar física hambre y hasta de amenazas de muerte.
Así mismo, al entregarse voluntariamente a tropas de la Décima Brigada Blindada del Ejército, denunció que era sometido junto a otros compañeros a una serie de maltratos que le dejaron secuelas por agresiones físicas y verbales de sus superiores, razón por la cual no dudó en fugarse de la organización guerrillera, pese a que sabía que si lo descubrían o lo recapturaran lo fusilaban.
Hace una semana, dijo “Decidí que ya no quería ser más un guerrillero, siento que perdí 10 años de mi vida intentando ser alguien, pero resulta que lo único que logré, fue perderme en una guerra que no es mía y que a la final no tiene ningún sentido pelearla, por eso dejé abandonado el armamento y todo lo que me haría peso en la fuga”.
Un gran periplo afrontó este subversivo del frente ‘Camilo Torres Restrepo’ que delinque en el centro y parte del sur del Cesar, caminando en terreno resquebrado, y con el peligro inminente de enfrentar a los animales peligrosos. Durante cuatro días escondiéndose entre la maleza y caminando de noche, pudo alejarse de los campamentos y de los anillos de seguridad que mantienen los jefes para su seguridad, hasta lograr encontrar el sitio donde estaban a acantonadas las tropas del Batallón de Artillería N° 2 La Popa de Valledupar.
Las autoridades militares, una vez verificaron que este hombre hacía parte de las filas de guerrilleros del ELN, lo ingresaron al Programa Nacional de Atención Humanitaria al Desmovilizado que ofrece el Gobierno Nacional a aquellas personas que dejan las armas para reintegrarse a la vida civil.
El comandante de la Décima Brigada Blindada, brigadier general, Adelmo Fajardo hizo un llamado a todas las personas que integran la guerrilla de las Farc y ELN, para que se dispongan a dejar los grupos terroristas y regresen a la civilidad, con una oportunidad real de trabajo y educación.