AP y El PILON. Bogotá.
El alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, anunció el jueves el fin de un paro de transportadistas de cuatro días que dejo más de 200 detenidos y daños a autobuses.
El funcionario dijo en una rueda de prensa que el “paro se levanta. Hay un acuerdo que para nada afecta ni la sostenibilidad ni mucho menos la tarifa a los usuarios en el futuro”.
En el acta que suscribieron la alcaldía y la Asociación de Pequeños Transportadores, acordaron no tomar medidas de hecho por la convocatoria a cesar las actividades del servicio de pasajeros de más de 14.000 afiliados.
Miles de bogotanos soportaron largas y extenuantes caminatas para llegar a sus trabajos o a centros educativos o se transportaron en bicicletas a sus actividades.
Moreno dijo que Bogotá no volverá a sufrir nunca más de un paro de transporte porque todos los transportistas serán agrupados en el “sistema integrado de transporte público” (SITP), una empresa que será adjudicada a manos particulares por la alcaldía.
Los puntos de discordia eran lograr una mayor rentabilidad para los propietarios de autobuses que decidan ingresar con capital al SITP. Ellos alegaban un escaso margen de ganancia, pero la alcaldía se sostuvo en 1,5% de interés mensual a esos capitales libres de impuestos, mientras que los transportadores exigían el 2.0%.
En justicia, la alcaldía acordó incrementar en un 5% las tablas de compra de los autobuses a los modelos que estén entre el 2001 y 2010, decisión que dejó satisfecha a la contraparte.
“Espero que el acuerdo llene las expectativas de mis compañeros”, dijo Alfonso Pérez, presidente de Apetrans, el gremio que convocó el paro y propietario del 92% de los autobuses que recorren la capital colombiana.
El alcalde agradeció a los bogotanos por su “paciencia y tolerancia” mientras se resolvía el acuerdo.
Durante los cuatro días de paro, fueron capturadas más de 200 personas que apedrearon vehículos de pasajeros, incluso una ambulancia y un autobús escolar.
Algunos de los participantes en los disturbios fueron menores de edad a los que milicias urbanas pagaron para que provocaran desordenes callejeros, según el comandante de la policía metropolitana general César Augusto Pinzón.
Según el alcalde, como consecuencia de los cuatro días de huelga de transportistas, Bogotá una ciudad de casi siete millones de habitantes, había perdido unos 20.000 millones de pesos (aproximadamente 10 millones de dólares).