La violencia interpersonal no discrimina género y estrato social en Valledupar, si bien es cierto que estos casos se producen por riña entre hombres, es poco común que el victimario sea una mujer.
Con múltiples laceraciones en el rostro, cabeza y extremidades superiores fue ingresado de urgencias Marcelino Díaz Morales, a quien un grupo de hombres le propinaron una golpiza en la invasión Brisas de la Popa, al noroccidente de Valledupar.
El hombre de 29 años atribuye los hechos ocurridos la madrugada de ayer en la manzana 60 casa 12-65 de ese sector a su expareja sentimental quien, al parecer, no le permite tener ningún tipo de relación amorosa con otra mujer y por eso ha sido agredido en dos ocasiones.
“Desde hace un tiempo ella no quiere que yo tenga otra mujer, al verme con otra ella me ha mandado hombres para que me golpeen, me maten o no sé qué es lo que quiere pero ya ha pasado dos veces”, indicó Marcelino Díaz quien es oriundo de Tierra Alta, Córdoba, pero desde hace varios años está radicado en Valledupar junto con sus dos hijas y trabaja como oficial de obra.
El hombre a quien le tomaron alrededor de 10 suturas en la cabeza por una herida abierta producida con objeto contundente (piedra), dijo que durante un año sostuvo una relación sentimental con la mujer de 45 años y desde entonces su vida ha sido tormentosa.
“Hace 15 días me mando dos hombres para que me golpearan, entre esos dos hombres estaba ella sujetándome para que ellos me golpearan, yo peleando con los tres ella alcanzó a ser agredida por mí y me denunció ante la Policía, estuve preso como cuatro días a ella eso le disgustó porque quiere verme es pudriéndome en la cárcel”, indicó Marcelino Díaz.
El más reciente ataque ocurrió a las 2:00 de la madrugada de ayer cuando Marcelino estaba departiendo tragos en su residencia, luego salió a comprar algo de comida para sus hijas y en ese momento fue atacado por seis hombres.
Según Marcelino Díaz entre los que lo atacaron están varios de los hijos de la presunta agresora, por lo que anunció que se desplazara a otra ciudad para garantizar su seguridad y la de sus hijas.