Los habitantes del Siete de Agosto se quejan por el creciente número de atracos e inseguridad que se presentan en el barrio.
La ola de inseguridad que se vive en el barrio Siete de Agosto, mantiene en alerta a la comunidad del sector, que desesperada manifiestan que ya no se puede conversar en las afueras de sus residencias por temor a ser víctimas de un atraco.
Según los residentes el barrio se ha convertido en un lugar donde los delincuentes hacen de las suyas, amedrantando a la comunidad y sobre todo a los jóvenes que se dirigen a la Universidad Popular del Cesar.
“Los universitarios transitan por esta vía y los atracan a cualquier hora. Ellos no pueden andar con una Blackberry porque se lo quitan de una. Todos los tenderos de este barrio han sido atracados, así sucede con los que reparten la leche, esto es una inseguridad total”.
Enalbis Gómez, moradora del barrio, cuenta que ya no se puede sentar en la terraza de su casa debido al grave problema de intranquilidad que azota al barrio. “El problema del barrio es la inseguridad que se vive, ahora no podemos hacer una parranda en la terraza de su casa, porque llegan tres motos con seis tipos armados y le quitan todo lo que uno tiene”.
Enalbis, comenta que los demás vecinos viven atemorizados, “todos por acá estamos asustados, después de ocho de la noche ya estamos encerrados, porque tememos que nos vayan a hacer algún daño y, la verdad es que la Policía por aquí no hace presencia porque atracan al que sea y eso queda así, como si nada hubiese pasado”, agrega la habitante del barrio Siete de Agosto.
Según ella, a este problema de seguridad se suma el aumento en el cobro del servicio de energía siendo el barrio nivel dos. “El recibo de energía llega muy alto, estamos pagando 135 mil pesos cuando antes pagábamos $40 mil y tenemos lo básico que se tiene en una casa, la nevera el televisor y un par de ventiladores”.
Por otra parte, la residente Gladys Sandoval, opina igual que Enalbis al asegurar que el problema más grave que padece el barrio es la delincuencia. “Yo tengo 40 años de estar en este barrio y nunca he presenciado tanta inseguridad como se está viviendo en este momento. Yo antes me acostaba tarde de la noche y ahora no puedo hacer eso, cuando son las ocho ya tengo que entrarme porque ya no se ve nadie en por acá , la soledad es tenebrosa”.