La noche del 12 de junio se generó la alteración del orden público en el municipio de Becerril, Cesar, luego que Carlos Barreto Camacho, de 37 años, muriera a manos de la Policía.
Según contó uno de los familiares de este hombre, él estaba bajo los efectos del licor cuando los uniformados llegaron a un billar del centro de la población donde se encontraba departiendo portando un arma de fuego.
“La Policía lo persigue y él responde disparando, pero se queda sin munición y los agentes en vez de someterlo lo que hacen es ejecutarlo. Dispararon indiscriminadamente y hubo personas en riesgo por parte de la forma como actuó la Policía”, expresó un primo del occiso.
Barreto Camacho era agricultor, estaba casado con una indígena de la etnia yukpa, residía en el barrio Trujillo pero la mayor parte del tiempo lo pasaba en una parcelación en la Serranía del Perijá.
De acuerdo con la información suministrada por los familiares del agricultor, en la alteración del orden publicó la mayoría de protestantes eran indígenas que querían vengar la muerte.
Por su parte, el subcomandante de la Policía en el Cesar, Coronel Edgar Rodríguez, debido a los disparos que Carlos había hecho en un espacio público, una patrulla lo requirió y este disparó a los patrulleros y huyó, “fue alcanzado e intentó disparar de nuevo y ahí fue abatido”.
El coronel Rodríguez agregó que “esta persona no tenía permiso para porte, ni contaba con algún documento de propiedad del arma. Cuando se hizo la inspección a cadáver tenía un disparo en la espalda que fue el que causó la muerte, y el arma se encontraba cargada y tenía dos cartuchos”.
Sin embargo, anunció que abrirá una investigación disciplinaria y posteriormente se conocerán los resultados.
Las explicaciones de la Policía no fueron suficientes para los familiares de Barreto Camacho quienes aseguraron que llevaran el caso a las instancias judiciales.