Dos familias se encontraron en la Unidad de Reacción Inmediata, URI, de Valledupar, la mañana de ayer para llevar a cabo un episodio más, en medio de una disputa por un pedazo de tierra que divide sus dos viviendas en el barrio Los Fundadores, situación en la que se han agredido física y verbalmente, hasta llegar a supuestas amenazas de muerte.
Se trata de las familias Hernández Acero y Jiménez Martínez, habitantes de la diagonal 17 con 23, vecinos hace 7 años, que terminaron en la Casa de Justicia del barrio Primero de Mayo en una conciliación que concluyó a golpes.
Mientras la conciliación se desarrollaba sin resultados favorables, Jeiber Hernández aseguró que su vecino César Jiménez, lo visitó en su vivienda para reclamarle, se calentó la discusión y terminaron a golpes también.
Un miembro de la familia Jiménez Martínez, negó esos hechos y manifestó que las agresiones las recibieron ellos.
Antes de que se fueran a las agresiones físicas, ambas familias solicitaron inspección ocular en la Oficina Asesora de Planeación Municipal, en donde les entregaron las conclusiones.
Las observaciones recibidas por los Jiménez Martínez el 26 de agosto, indican que sus vecinos están irrumpiendo en su predio con un contador de agua, y que debe retirarlo a no menos de 0.50 metros de distancia, sin embargo deben conciliar.
A los Hernández Acero les llegó el resultado de la inspección ocular de Planeación Municipal que dice: “deben llegar a un acuerdo puesto que la vivienda de los Jiménez Martínez presenta un excedente de terreno de 14.11 metros cuadrados mientras que el predio de los Hernández Acero tiene un faltante de 10.95 metros cuadrados”.
Los vecinos se han denunciado mutuamente, agredido física y verbalmente y uno de ellos aseguró que fue agredido con arma de fuego y que no es la primera vez que estas intimidaciones se dan; al cierre de esta edición un miembro de la familia Hernández Acero se encontraba en una celda de la URI por agresiones físicas a sus vecinos.