Por FREDDY CUEVAS
LA CEIBA. Honduras. AP. Los afrodescendientes de América demandaron el sábado a las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y la Unión Europea crear en sus senos foros permanentes que traten exclusivamente de asuntos étnicos para solucionar sus ancestrales problemas sociales y económicos.
En el contexto de la Primera Cumbre Mundial de Afrodescendientes, los participantes exigieron también a las Naciones Unidas crear un fondo de desarrollo con el fin de garantizar el pleno disfrute de los derechos humanos y la ciudadanía de los afrodescendientes.
En la denominada Declaración de La Ceiba, lugar donde se llevó a cabo la reunión, se pidió a los estados combatir el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia a través de medidas que eliminen esos flagelos de la humanidad, y garantizar los derechos humanos y la ciudadanía de los afrodescendientes.
“Que se garantice el pleno acceso a la justicia a las víctimas del racismo y el ajusticiamiento a personas e instituciones que violan nuestros derechos humanos y colectivos. Y que los estados y organismos internacionales aseguren el acceso pleno de los afrodescendientes a los avances en educación, salud, vivienda, empleo, ingresos y accesos a sistemas de financiamiento y crédito, alimentación, tecnologías de la información y comunicaciones, cultura y procesos políticos”, añadió el documento.
El documento instó a la comunidad internacional a que asegure la integridad y continuidad de los territorios y comunidades y a proteger a los descendientes de africanos de desplazamientos por conflictos militares, planes urbanistas o desastres naturales que atenten contra su existencia.
“Los hijos y las hijas de Africa, reunidos en La Ceiba, honramos así la memoria y el sacrificio de nuestros ancestros para descargar nuestra responsabilidad con las generaciones futuras”, agregó el documento.
“La reunión culminó con un nuevo contrato social con la humanidad después de siglos de invisibilidad de nuestra gente, dijo a la AP Céleo Alvarez Casildo, líder de la Organización de Desarrollo Etnico Comunitario, que organizó el evento con el apoyo de las Naciones Unidas.
La conferencia, de tres días de duración, tuvo lugar en la ciudad de La Ceiba, a unos 400 kilómetros al norte de la capital hondureña, y lo organizó un comité internacional de 17 países, cuyo secretario general es Álvarez.
La cumbre solicitó a las Naciones Unidas que declaren el Decenio de los Pueblos Afrodescendientes en el Mundo a partir de 2012.
La representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas, la hondureña Marcela Suazo, dijo a la AP que “es fundamental dar seguimiento a los acuerdos que se alcanzaron en La Ceiba”, los cuales se discutirán en la Primera Cumbre Mundial de Juventud Afrodescendiente a efectuarse en octubre en Costa Rica.
La subdirectora de la Organización Panamericana de la Salud, Socorro Gross-Galiano, dijo que los más de 150 millones de afrodescendientes en la región “enfrentan condiciones críticas”.
Dijo que su organismo “se suma al compromiso de redoblar esfuerzos y alcanzar la voluntad política para combatir al racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia”. Admitió que la exclusión en salud está estrechamente vinculada a la pobreza, marginalidad y discriminación racial, social y de género.
La población de América Latina pasó de 166 millones de personas en 1950 a 513 millones en 2000 y se espera que sea de más de 800 millones en 2050. El 20% de esa población esta formada por afrodescendientes, cuya mayoría está desempleada y carece de ingresos permanentes, y no dispone de servicios básicos de agua potable, electricidad ni beneficios educativos.
Los indígenas en el continente enfrentan similares circunstancias, pese a contar con más de 150 millones de habitantes. En muchas de sus comunidades abunda la pobreza, pero mantienen sus formas ancestrales de vida y sus particularidades culturales y lingüísticas.
Pueblos indígenas hay en al menos 20 de las 35 naciones latinoamericanas y son discriminados en todas formas.
Al evento asistieron más de 1.000 representantes de 70 naciones.