Un disparo en el pecho acabó con la corta existencia de Ana Karina Sierra Anillo, que se sacrificó por su hermano mayor. El menor de 13 años relató a las autoridades que su padrastro en un ataque de ira le disparó con una escopeta, pero su hermanita de 11 años lo salvó.
“Mi padrastro le pegó un puño a mi mamá en la boca, botó sangre, le dije que se metiera con un hombre, él cogió la escopeta y me apuntó; salí corriendo para el portón y mi hermana me empujó y el tiro le cayó a ella”, así resumió la Fiscalía la narración que el menor de 13 años entregó a las autoridades.
El ente acusador ayer presentó a David Enrique Llerena Ortega, de 28 años, padrastro de los niños, ante un juez de control de garantías en Valledupar donde fue judicializado por los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas. Sin embargo, no aceptó los señalamientos de la Fiscalía con relación al hecho registrado el sábado pasado, en la calle 6 con carrera 9A del barrio Galán del municipio de San Diego, Cesar.
En el desarrollo de las audiencias concentradas de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento se conoció que Llerena Ortega, al parecer, estaba bajo los efectos del licor y se entregó voluntariamente a la Policía minutos después de haber llevado a la niña al Hospital El Socorro de San Diego, en un desesperado intento por salvarle la vida. Sin embargo, los médicos confirmaron que la menor llegó a la sala de urgencias sin signos vitales.
En medio del revuelo que generó en San Diego esta tragedia familiar, Emiro Quintana padre biológico de la niña, aseguró que cree en la versión que entregó su hijo sobre lo sucedido.
“A mi hijo lo maltrataba y varias veces se volaba de la casa para ir a buscarme, yo puse el caso en conocimiento de las autoridades pero no hacían nada. Varias veces quise llevarme a mis hijos, pero me decía que me denunciaba por secuestro”, dijo el hombre mientras reclamaba el cuerpo de la niña en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
En cambio, Yérica Paola Sierra Anillo defiende a su actual compañero sentimental argumentando que se trató de un accidente.
“Él iba a matar una iguana o un conejo, nosotros no discutimos, nosotros estábamos en terapia porque el papá apareció y nos lo quería quitar”, afirmó la mujer abrazando inconsolable una muñeca de su hija.
Las versiones encontradas son investigadas por las autoridades, mientras tanto David Enrique Llerena Ortega fue llevado a prisión.
David Llerena Ortega, que al parecer estaba bajo los efectos del licor se entregó voluntariamente a la Policía minutos después de haber llevado a la niña al Hospital El Socorro de San Diego, en un desesperado intento por salvarle la vida.
Por Redacción Judicial / EL PILÓN