Por Martín Mendoza Cerpa/ El Pilón.
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Seis presuntos integrantes de ‘Los Urabeños’ fueron sometidos ayer a audiencia preparatoria de juicio por varios homicidios y la desaparición de un ganadero en Valledupar.
La Fiscalía Primera Especializada de Bogotá Delegada ante la Unidad Nacional contra Bandas Criminales, ayer presentó los elementos probatorios con los que pretende demostrar que Johnny Estrada Rivera, Elías Manuel Chogo, José Ángel Amaya, Geiner Zúñiga Cobo, Jorge Eduardo Cárdenas Croes y Henry de Jesús Gil Muñoz, eran integrantes de ‘Los Urabeños’ delinquiendo en la capital cesarense.
Según el ente acusador, hay interceptaciones telefónicas a los procesados, que demuestran que ellos participaron en los asesinatos de José Felizzola Peláez, Jesús Rivero Mier, José Rodríguez Molina, Lusvin Garzón, Álvaro Ustáriz Quintero, Jorge Enrique Cujia, Julio Cedeño, Ramón Elías Mestre y Jorge Aragón Gámez.
Este último inicialmente fue desaparecido en el Barrio San Joaquín de Valledupar y al parecer fue asesinado por órdenes del comerciante de quesos José Napoleón Rodríguez, conocido como ‘Napo’, quien habría contratado a ‘Los Urabeños’.
No obstante, la defensa de los sospechosos pidió que los audios de dichas interceptaciones sean examinados por peritos para tratar de demostrar que estos presuntamente fueron alterados.
Al cierre de esta edición, en el Juzgado Único Penal del Circuito Especializado de Valledupar, avanzaba la audiencia preparatoria de juicio contra los acusados por los delitos de concierto para delinquir, homicidio agravado y desaparición forzada.
Cayeron uno a uno
En operativos desarrollados en 2011, la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional hizo una batida contra presuntos ‘Urabeños’ en ciudades de la costa, logrando varias capturas.
Una de las que más que se destaca es la de Johnny Estrada Rivera, quien trabajó entre 1996 y 2004 en el instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Ciénaga (Magdalena) como perito forense y según las investigaciones de las autoridades, se dedicaba a adulterar las pruebas en los cadáveres para encubrir y desviar la labor de los investigadores (presuntamente cambiaba informes de balística y las balas encontradas en los cuerpos, falsificaba informes).