Por: Jorge Naim Ruíz
El pasado martes se abrieron las inscripciones del Festival de la Leyenda Vallenata y la Fundación anunció con bombos y platillos que, por primera vez en la historia del festival, tres acordeoneros se inscribieron el primer día, lo cual es un augurio de éxito en la cuadragésima cuarta versión de nuestro máximo evento folclórico.
El Festival de la Leyenda Vallenata es – sin duda alguna- la institución más importante que tiene nuestro folclor, y éste a su vez se constituye en el más grande tesoro de la cultura Caribe colombiana; independientemente de los cuestionamientos, disputas y reyertas que pueda generar el hecho de que una familia vallenata se haya dedicado históricamente a organizar este evento, lo cierto es que cada año el pueblo Colombiano – a finales del mes de abril- tiene una cita con el folclor más representativo de la patria.
Quienes no vivimos en Valledupar podemos dar fe de que apenas comienza el año, es decir con cuatro meses de antelación, los que ya han disfrutado de este evento quieren regresar; y aquellos que aún no lo han hecho manifiestan a los cuatro vientos su deseo de ir por primera vez al “Valle”. Definitivamente, a quien le guste el vallenato no puede morir sin haber asistido a un Festival de la Leyenda Vallenata.
Cada año, en esta columna, desde muy temprano, iniciamos haciendo sugerencias sobre aspectos que se deben mejorar, tanto en la organización y reglamentación del Festival e incluso en el embellecimiento de la ciudad como en el comportamiento de su gente con los miles de turistas que se dan cita en nuestro mayor motivo de orgullo. Por eso, ahora que ya comienza el festival, como es costumbre, inicio también mi cantaleta sobre otras cosas que deben cambiar:
A la Fundación del Festival le aconsejo que no se pase de la raya en lo que tiene que ver con la excesiva comercialización del evento; me explico: No todo se tiene que mercantilizar, sin desconocer que la manera de financiar los costos de un buen evento es cobrando entradas y vendiendo derechos para comercializar productos, hay casos en los cuales los valores de las entradas y los productos que se venden al interior del espectáculo son demasiado costosos y no hay bolsillo que aguante; por eso, la sugerencia consiste en que se subsidie el costo de las entradas vía patrocinio, verbigracia: si el valor de la entrada al Coliseo de la feria ganadera es de cinco mil pesos, que alguna empresa patrocine el 40% de esa entrada a cambio de dejarla vender a precios controlados sus productos.
A las autoridades Municipales les sugiero que agilicen los trabajos de obras públicas y suspendan aquellos que en los días del evento puedan causar más traumatismos en la complicada movilidad de la ciudad y hago un llamado especial a la fuerza pública, que tiene la complicada tarea de garantizar la seguridad a propios y extraños, a que pida los refuerzos necesarios, ya que nos encontramos en la era de las “Bacrim” y este tipo de eventos son propicios para sus fechorías.
Hay entidades del orden Municipal que sus funcionarios no pueden ponerse a parrandear y – por el contrario- deben redoblar su trabajo; por ejemplo, el aseo de la ciudad en esos días debe ser una prioridad, lo mismo debe ocurrir con aquellos organismos de control que deben permanecer atentos a los requerimientos y quejas de la ciudadanía.
Los taxistas deben pensar que el abuso de cobrar valores mayores a los autorizados, pueda que le dejen algunos pesitos de más, pero el deterioro de la imagen del pueblo vallenato y, en general, del costeño nos hace un daño incalculable. Las autoridades deben implementar algún sistema de control para que por ese medio no ahuyentemos a los turistas cobrando tarifas exorbitantes.
Son muchas más las observaciones, sugerencias y recomendaciones que tengo que hacerle a mi gente vallenata, lo cual haré en varias entregas, para que la versión 2011 del festival, en merecidísimo homenaje a los Juglares Leandro Díaz y Lorenzo Morales se constituya en lo que desde ya se presagia: un éxito total.
COLOFÓN:
Tengo conocimiento que son muchos los compositores e intérpretes de la música vallenata que aspiran a llegar en las próximas justas electorales a cargos de elección popular en los entes territoriales (Gobernación, Alcaldías, Asambleas y Concejos), por lo que en las próximas semanas voy a dedicar una columna a ese tema y solicito a mis lectores me escriban informándome sobre esas aspiraciones.
jorgenainruiz@gmail.com