Un plazo de 10 días tiene el Municipio de Valledupar para que decida el destino del Vivero Municipal, cuyos terrenos, fueron convertidos en lujosas casas de campo y otros en cambuches.
La Contraloría Municipal de Valledupar hizo control de advertencia al alcalde Fredys Socarrás Reales por este hecho, debido a que tras una inspección en el sitio, encontró que existen áreas invadidas por particulares, quienes han construido cambuches de forma ilegal.
De igual modo, detectó el ente de control que existen particulares con títulos supuestamente legales, quienes habrían comprado las parcelas a personas a las que el Municipio años atrás entregó el área en comodato. Estas personas construyeron lujosas casas de campo con kioscos, habitaciones y piscinas.
Otra de las presuntas irregularidades que detectó la Contraloría tiene que ver con la disposición de escombros sobre el cauce del río Guatapurí, en donde se encuentra ubicado el Vivero Municipal.
El informe de la contralora, Mercedes Vásquez Ramírez, revelado ayer en rueda de prensa, muestra que la falta de control y vigilancia sobre el bien, ha incidido negativamente en el cumplimiento del objeto social, su destinación a la prestación de las funciones públicas o de los servicios públicos, como también que pueda constituir una reserva patrimonial para fines de utilidad común.
Está en riesgo según la Contraloría la inversión hecha por el Municipio, “que no solamente compromete los recursos invertidos en la compra de este lote, que a la fecha tendrían un valor comercial superior a los 800 millones de pesos, sino la afectación a los recursos naturales y el medio ambiente, al intervenir negativamente, áreas reservadas para la protección de la cuenca hídrica más importante del Municipio como lo es el río Guatapurí”.
El órgano de control reprochó la omisión de las administraciones anteriores, en especial la Secretaría de Planeación Municipal y la Oficina Jurídica del deber que les asistía de vigilar y controlar para que este bien hoy no se encuentre en el riesgo en el que está.
El comodato
La contralora Mercedes Vásquez Ramírez explicó que el Municipio adquirió bajo la escritura 1.086 del 30 de diciembre de 1985 un lote de 10 hectáreas en la carrera 4 entre calles 17 y 18 de Valledupar.
Éste lote fue destinado por la administración municipal para la realización de actividades productivas y ambientalmente sostenible, relacionados con el tema agropecuario.
A fin de darle mayor aprovechamiento al terreno, el Municipio lo subdividió en 18 lotes, varios de los cuales los entregó a través de comodatos, mientras que otros de manera informal, es decir sin documento alguno.
Sin embargo y según la Contralora, solo existe un comodato firmado con Edith Mejía, el cual tenía una vigencia de tres años, que además está vencido porque se firmó en 2003.
“El control de advertencia le está diciendo al Municipio que tiene que empezar a indagar sobre los otros comodatos, hay que legalizarle a cada uno de los que hoy aparecen ahí, personas naturales, particulares y jurídicas o sea fundaciones, tiene que legalizar esa parte, porque no se ha ejercido por parte de la administración municipal, de administraciones pasadas, la estricta vigilancia, control y defensa de esa parte del Municipio”, dijo Vásquez Ramírez.
La cabeza del órgano de control explicó que en esa zona de Valledupar ha sido irrespetada el área de 30 metros que es sagrada para la conservación del río Guatapurí.
La Alcaldía debe entrar a mirar cómo legaliza los asentamientos que hoy existen en la zona, en donde unos predios los convirtieron en casas de campo, otros se mantienen como viveros o sitios para realizar labores agropecuarios o protectoras del medio ambiente, y otros en viviendas para destechados.
Sandra Santiago B.
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