Así reza la premonitoria composición de Franklin Moya titulada ‘Lluvia de Mujeres’, grabada magistralmente por Los Betos, Beto Zabaleta y el Rey Vallenato 1998 Beto Villa y que anuncia que vendrán avalanchas, huracanes y volcanes, pero de mujeres. Pues bien, sirva lo anterior para referirme a los vientos huracanados que por estas épocas azotan las islas del Caribe, EE. UU y México cuyos coletazos nos están afectando seriamente.
Primero fue Harvey, después Irma y ahora es María, fenómeno que alcanzó ya la cuarta categoría, -la quinta es la máxima, en la escala Saffir-Simpson-, y para colmo de males, ocurre el devastador terremoto en México con un saldo trágico de más de doscientas muertes, y un elevado número de personas desaparecidas, que se suman a las cuantiosas pérdidas materiales.
Todo, como respuesta de la naturaleza, a la sistemática depredación de los recursos naturales. Pues según estudios autorizados hay una relación causa-efecto entre los movimientos telúricos y la extracción de minerales como el carbón. Los frondosos bosques de especies nativas, son sustituidos por suntuosas urbanizaciones campestres. Los lagos se secan por la incontrolada deforestación, la fauna se extingue, los ríos se secan, y hasta el aire que respiramos, lo contaminamos con las emisiones de gas carbónico que producen las fábricas y los vehículos automotores. Aquí vale la pena recordar las palabras del Obispo de Mocoa, monseñor Luis Albeiro Maldonado, ante la tragedia que acabó con buena parte del casco urbano de esa población: “Dios perdona siempre, el hombre perdona a veces, pero la naturaleza no perdona”.
Para contribuir con el medio ambiente nuestro alcalde ‘Tuto’ Ramírez Uhía, aplazó la jornada del Día sin carro que se tenía prevista a realizar la semana pasada, para el 4 de noviembre día de la Cultura Ciudadana, y que tendrá por finalidad incentivar el uso de la bicicleta. Gracias a Dios la gente está tomando conciencia del daño que a diario causamos a nuestro planeta, y que tiene un carácter criminal, pues es atentar contra nosotros mismos. A veces nos olvidamos que el hombre está compuesto en su mayor parte por agua, y que también necesitamos del aire para vivir, no obstante, su avaricia nos han llevado a la explotación irresponsable y desmesurada de los recursos naturales, y es por ello que estamos al borde del abismo.
Es triste que el Presidente Donald Trump subestime las graves consecuencias que tienen las emisiones de gases de efecto invernadero, y priorice en la necesidad de incentivar más su economía interna causando un irreparable daño ambiental, quedando en evidencia ante el mundo, que le importa muy poco la suerte del planeta ¡Que horror!
NOTA DE CIERRE: ¿Cuándo irán a recoger el arbusto derribado por el huracán, desde hace marras, y que reposa en la carrera cuarta?
Por Darío Arregocés Baute