El panorama es preocupante. No han pasado dos años desde que fue construida y luce en deplorable estado. La sociedad de ingenieros ofició a la Gobernación por el “deterioro avanzado y prematuro que registra esta infraestructura vial”.
La semana pasada en EL PILÓN informamos sobre el pésimo estado de la vía que conecta a Valledupar, a través de su corregimiento Aguas Blancas, con la cabecera municipal de Codazzi, la cual costó 107.000 millones de pesos aportados por la Gobernación del Cesar.
El panorama es preocupante. No han pasado dos años desde que fue construida y luce en deplorable estado. La sociedad de ingenieros ofició a la Gobernación por el “deterioro avanzado y prematuro que registra esta infraestructura vial”. En esa línea, argumentaron que los daños observados afectan gravemente la movilidad, seguridad y economía de la región, “además de poner en entredicho la calidad de la ejecución, supervisión y control del proyecto”. El informe del importante gremio, ante la ausencia de los obligados a supervisar legalmente, fue acompañada de imágenes y fotografías pormenorizadas que indican el notorio daño sobre la conformación del asfalto.
En respuesta a la Sociedad de Ingenieros, la Gobernacion sostuvo que se iniciaron las acciones correspondientes con el fin de identificar e iniciar con las acciones administrativas necesarias “para que el contratista de obra pueda realizar las reparaciones a los daños que se presentan en la vía que garanticen la estabilidad y la movilidad en el mismo, así como la seguridad vial de los usuarios”. La gobernación notificó , el mismo día que recibe el informe de la sociedad de ingenieros, a la compañía Seguros del Estado S.A. para que proceda a hacer las reparaciones correspondientes ya que afianzó a los contratistas. Ahora toca estar pendiente de cómo procede esta aseguradora.
Y eso es lo que importa: que la Gobernación actúe de forma transparente en las reclamaciones al contratista, el ‘Consorcio Vial Codazzi Aguas Blancas’, aunque ya haya fallado la interventoría y la misma Gobernación, como supervisores del contrato.
Cuando se iniciaba el proyecto, EL PILÓN valoró la decisión de pavimentar en el Cesar, con el esfuerzo del Departamento, todas las transversales posibles: Codazzi – Aguas Blancas, Codazzi – Cuatro Vientos, las transversales del Corredor Minero, Rincón Hondo – Chiriguaná, La Mata – La Gloria, Río de Oro – Gamarra, y que la nación se encargara de las grandes vías nacionales de sur a norte .
Pero algo huele mal: ¿dónde están los órganos de control? Dónde la Contraloría Departamental; ¿dónde la Contraloría General de la República?, ¿dónde la Procuraduría ? O la Fiscalía, si hubiere alguna responsabilidad penal. Y si es con recursos de regalías, ¿en estas materias acaso no hace una supervisión de obra y destino el Departamento Nacional de Planeación?
No tanto porque se va a recuperar dinero de la Gobernación. Está en juego el recurso público que pertenece a todos los cesarenses, a todos los colombianos, que pagan los impuestos o contribuyen, de algún modo, a que de las riquezas nacionales se generen las ‘regalías mineras’. La comunidad, los habitantes que cruzan dicha vía o los propietarios de fincas, que no deben satisfacerse solo con la valorización de sus predios, deben también ejercer control para que esa vía sea intervenida de la forma correcta, igualmente los alcaldes respectivos de Codazzi y Valledupar.
Como si no fueran suficientes las tribulaciones y dolores de la nación y sus pobladores, por los tristes episodios de la región fronteriza del Catatumbo, se ha suscitado una tensión con los Estados Unidos, de grandes dimensiones y probables efectos sobre la economía nacional y el proceso de reactivación productiva y del empleo. Esperamos que la serenidad que no hubo este domingo restablezca pronto los daños. Trump responderá a los gringos. Pero Petro deberá responder a los colombianos afectados, que esperarán mucho más que dosis de ‘dignidad nacional’ .
El panorama es preocupante. No han pasado dos años desde que fue construida y luce en deplorable estado. La sociedad de ingenieros ofició a la Gobernación por el “deterioro avanzado y prematuro que registra esta infraestructura vial”.
La semana pasada en EL PILÓN informamos sobre el pésimo estado de la vía que conecta a Valledupar, a través de su corregimiento Aguas Blancas, con la cabecera municipal de Codazzi, la cual costó 107.000 millones de pesos aportados por la Gobernación del Cesar.
El panorama es preocupante. No han pasado dos años desde que fue construida y luce en deplorable estado. La sociedad de ingenieros ofició a la Gobernación por el “deterioro avanzado y prematuro que registra esta infraestructura vial”. En esa línea, argumentaron que los daños observados afectan gravemente la movilidad, seguridad y economía de la región, “además de poner en entredicho la calidad de la ejecución, supervisión y control del proyecto”. El informe del importante gremio, ante la ausencia de los obligados a supervisar legalmente, fue acompañada de imágenes y fotografías pormenorizadas que indican el notorio daño sobre la conformación del asfalto.
En respuesta a la Sociedad de Ingenieros, la Gobernacion sostuvo que se iniciaron las acciones correspondientes con el fin de identificar e iniciar con las acciones administrativas necesarias “para que el contratista de obra pueda realizar las reparaciones a los daños que se presentan en la vía que garanticen la estabilidad y la movilidad en el mismo, así como la seguridad vial de los usuarios”. La gobernación notificó , el mismo día que recibe el informe de la sociedad de ingenieros, a la compañía Seguros del Estado S.A. para que proceda a hacer las reparaciones correspondientes ya que afianzó a los contratistas. Ahora toca estar pendiente de cómo procede esta aseguradora.
Y eso es lo que importa: que la Gobernación actúe de forma transparente en las reclamaciones al contratista, el ‘Consorcio Vial Codazzi Aguas Blancas’, aunque ya haya fallado la interventoría y la misma Gobernación, como supervisores del contrato.
Cuando se iniciaba el proyecto, EL PILÓN valoró la decisión de pavimentar en el Cesar, con el esfuerzo del Departamento, todas las transversales posibles: Codazzi – Aguas Blancas, Codazzi – Cuatro Vientos, las transversales del Corredor Minero, Rincón Hondo – Chiriguaná, La Mata – La Gloria, Río de Oro – Gamarra, y que la nación se encargara de las grandes vías nacionales de sur a norte .
Pero algo huele mal: ¿dónde están los órganos de control? Dónde la Contraloría Departamental; ¿dónde la Contraloría General de la República?, ¿dónde la Procuraduría ? O la Fiscalía, si hubiere alguna responsabilidad penal. Y si es con recursos de regalías, ¿en estas materias acaso no hace una supervisión de obra y destino el Departamento Nacional de Planeación?
No tanto porque se va a recuperar dinero de la Gobernación. Está en juego el recurso público que pertenece a todos los cesarenses, a todos los colombianos, que pagan los impuestos o contribuyen, de algún modo, a que de las riquezas nacionales se generen las ‘regalías mineras’. La comunidad, los habitantes que cruzan dicha vía o los propietarios de fincas, que no deben satisfacerse solo con la valorización de sus predios, deben también ejercer control para que esa vía sea intervenida de la forma correcta, igualmente los alcaldes respectivos de Codazzi y Valledupar.
Como si no fueran suficientes las tribulaciones y dolores de la nación y sus pobladores, por los tristes episodios de la región fronteriza del Catatumbo, se ha suscitado una tensión con los Estados Unidos, de grandes dimensiones y probables efectos sobre la economía nacional y el proceso de reactivación productiva y del empleo. Esperamos que la serenidad que no hubo este domingo restablezca pronto los daños. Trump responderá a los gringos. Pero Petro deberá responder a los colombianos afectados, que esperarán mucho más que dosis de ‘dignidad nacional’ .