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Editorial - 17 octubre, 2018

Varados con la aftosa

Tres municipios del Cesar en cuarentena, por cuenta de un brote de aftosa, es un hecho sin precedentes desde 1998 que comenzó la implementación de los ciclos de vacunación para que Colombia recibiera por parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE, la certificación de país libre de esa enfermedad que afecta a animales […]

Tres municipios del Cesar en cuarentena, por cuenta de un brote de aftosa, es un hecho sin precedentes desde 1998 que comenzó la implementación de los ciclos de vacunación para que Colombia recibiera por parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE, la certificación de país libre de esa enfermedad que afecta a animales de pezuña hendida, como cerdos, ovejas y ganado.

La Paz, Codazzi y San Diego son los cobijados con esa medida, luego de la detección del foco en una finca de este último municipio. Se trata de las zonas con mayor actividad ganadera del norte del departamento y hoy tienen restringido el negocio mientras las autoridades sanitarias garantizan que el foco de aftosa esté controlado.

Aquí se denota fallas estructurales de las autoridades que no han podido controlar el ingreso de ganado venezolano y además deja mucho que desear la operatividad del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, seccional del Cesar, que ante la emergencia tuvo que recurrir a vehículos de otras seccionales para movilizar a sus técnicos para las jornadas de vacunación porque quedaron literalmente varados con los carros de la institución en este departamento a los que se les venció la revisión técnico mecánica.

Es inconcebible esa falta de planeación teniendo en cuenta que la institución debe ejercer actividades de prevención, vigilancia y control de los riesgos sanitarios, biológicos y químicos para las especies animales y vegetales en diferentes municipios de su jurisdicción.
La gerente general del ICA, Deyanira Barrero, el pasado viernes dio un ‘jalón de orejas’ a los funcionarios encargados del tema y pidió más organización teniendo en cuenta que hoy el Cesar está en el ojo del huracán.

El tema de los carros es apenas de la punta del iceberg de los problemas del ICA. ¿Son estrictos los controles en la expedición de certificados que pueden ser usados para legalizar al contrabando? ¿Se hace el seguimiento correcto a las alertas sanitarias? Según la Cooperativa Integral de Lecheros del Cesar, Coolesar, Valledupar requiere para su consumo diario el sacrificio de 400 reses, pero solo se están sacrificando 220. ¿De donde están saliendo las otras 180? Son algunos de los interrogantes que han surgido en las recientes reuniones para analizar la labor de la entidad frente a la calamitosa situación generada por la aftosa.

Sin embargo, los ganaderos son optimistas porque varias de las muestras tomadas en los animales en el área de influencia del foco han resultado positivas para estomatitis vesicular y negativas para aftosa, por lo que de seguir así las cosas en 15 días podría levantarse la medida que impide la salida de ganado de los hatos de San Diego, Codazzi y La Paz.

Editorial
17 octubre, 2018

Varados con la aftosa

Tres municipios del Cesar en cuarentena, por cuenta de un brote de aftosa, es un hecho sin precedentes desde 1998 que comenzó la implementación de los ciclos de vacunación para que Colombia recibiera por parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE, la certificación de país libre de esa enfermedad que afecta a animales […]


Tres municipios del Cesar en cuarentena, por cuenta de un brote de aftosa, es un hecho sin precedentes desde 1998 que comenzó la implementación de los ciclos de vacunación para que Colombia recibiera por parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE, la certificación de país libre de esa enfermedad que afecta a animales de pezuña hendida, como cerdos, ovejas y ganado.

La Paz, Codazzi y San Diego son los cobijados con esa medida, luego de la detección del foco en una finca de este último municipio. Se trata de las zonas con mayor actividad ganadera del norte del departamento y hoy tienen restringido el negocio mientras las autoridades sanitarias garantizan que el foco de aftosa esté controlado.

Aquí se denota fallas estructurales de las autoridades que no han podido controlar el ingreso de ganado venezolano y además deja mucho que desear la operatividad del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, seccional del Cesar, que ante la emergencia tuvo que recurrir a vehículos de otras seccionales para movilizar a sus técnicos para las jornadas de vacunación porque quedaron literalmente varados con los carros de la institución en este departamento a los que se les venció la revisión técnico mecánica.

Es inconcebible esa falta de planeación teniendo en cuenta que la institución debe ejercer actividades de prevención, vigilancia y control de los riesgos sanitarios, biológicos y químicos para las especies animales y vegetales en diferentes municipios de su jurisdicción.
La gerente general del ICA, Deyanira Barrero, el pasado viernes dio un ‘jalón de orejas’ a los funcionarios encargados del tema y pidió más organización teniendo en cuenta que hoy el Cesar está en el ojo del huracán.

El tema de los carros es apenas de la punta del iceberg de los problemas del ICA. ¿Son estrictos los controles en la expedición de certificados que pueden ser usados para legalizar al contrabando? ¿Se hace el seguimiento correcto a las alertas sanitarias? Según la Cooperativa Integral de Lecheros del Cesar, Coolesar, Valledupar requiere para su consumo diario el sacrificio de 400 reses, pero solo se están sacrificando 220. ¿De donde están saliendo las otras 180? Son algunos de los interrogantes que han surgido en las recientes reuniones para analizar la labor de la entidad frente a la calamitosa situación generada por la aftosa.

Sin embargo, los ganaderos son optimistas porque varias de las muestras tomadas en los animales en el área de influencia del foco han resultado positivas para estomatitis vesicular y negativas para aftosa, por lo que de seguir así las cosas en 15 días podría levantarse la medida que impide la salida de ganado de los hatos de San Diego, Codazzi y La Paz.