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Editorial - 18 junio, 2025

Valledupar, la ciudad de las fuentes de agua

¿Podemos imaginarnos una ciudad con un más agradable clima? Valledupar, por fortuna, tiene agua y es una ciudad de muchos árboles; estos ayudan con la sombra, producen oxígeno y absorben el CO₂ –tan vital en esta época del cambio climático–, aportan armonía y paisajismo, hospedan a la fauna y a otras especies vegetales como las epífitas, esas que se cuelgan de ellos.

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¿Podemos imaginarnos una ciudad con un más agradable clima? Valledupar, por fortuna, tiene agua y es una ciudad de muchos árboles; estos ayudan con la sombra, producen oxígeno y absorben el CO₂ –tan vital en esta época del cambio climático–, aportan armonía y paisajismo, hospedan a la fauna y a otras especies vegetales como las epífitas, esas que se cuelgan de ellos.

Y, no pocas veces, en parques y patios reúnen a las familias y a los amigos.

Entre otras funciones que cumplen, estamos en mora de declarar una docena de ‘árboles patrimoniales’, pero ese asunto lo abordaremos en otra ocasión. El punto central hoy es el agua, su administración y su mantenimiento.

La ciudad tiene unas condiciones favorables para la captación y distribución del agua. Si se llegare a invertir $100.000 millones por lo menos en redes y adecuaciones, la cosa sería mucho mejor, junto a las mejoras en la bocatoma, el tratamiento de agua potable y de aguas residuales. De modo que las necesidades de inversión son mucho mayores.

Con todo, si los árboles bajan la temperatura varios grados centígrados y el promedio de la ciudad en dos o más grados, deberían complementarse cabalmente, y no hay una mejor solución que el agua: las fuentes de agua.

Si usted va a una ciudad calurosa en un país del trópico, o al verano en los países de estaciones, se sorprende por el uso generalizado de fuentes de agua para el público: para beber, para climatizarse y para gozar de su exuberancia y belleza en las calles y plazoletas.

¿Por qué Valledupar no podría tener muchas fuentes de agua? ¿Por qué no tener cientos de ellas visibles al público y, en las noches, iluminadas?

Eso sí sería un elemento diferenciador de ciudad cálida y tropical en la Costa, incluso del país.

Algún paisano se le acerca al director de este medio y le dice: “Pero esa idea que tiene, aquí eso no funciona; no hemos dado para tener funcionando la Fuente de la Novena, y la que se instaló por Tuto Uhía cuando remodeló la plaza no duró una semana”.
El cuento no quedó ahí; continúa: “En el Parque de la Vida montaron una fuente luminosa de agua y se ha visto en operación muy pocas veces”.

No obstante, en algunas casas privadas y establecimientos comerciales y de eventos ya se empiezan a ver las primeras fuentes; son sencillas y el agua se recupera. Algunas funcionan con energía solar y son llamativas. Eso es factible y práctico hoy.

¿Y por qué no se proponen la Alcaldía, la Gobernación, Corpocesar, Emdupar y unos comités ciudadanos de ornato hacer de Valledupar la ciudad del agua y de los árboles?

Aunque nos consideramos malos administradores (lo cual ataca nuestra necesaria autoestima) y la palabra ‘mantenimiento’, tan determinante, se nos olvida de pensamiento y acción, ¡intentémoslo!

También se nos dice: “Mire, señor, entre perros callejeros, habitantes de calle y ladrones, no quedará fuente en la ciudad; si hay una pequeña bomba, la destartalan”.
Puede ser, pero decimos con vehemencia y demostración que las cosas, los hábitos y los cuidados cambian.

Antes, todos fumaban, lanzaban todo lo que tuvieran a mano a la calle, nadie tenía comprensión de hacer ejercicio físico, se irrespetaban todas las normas. Pero llegará el tiempo en que absolutamente nadie lo siga haciendo.

También es cierto que las condiciones de inseguridad y de escasa cultura ciudadana contribuyen a hacer más lento el cambio. Por ello, el municipio requiere una gran campaña en ese sentido de Cultura Ciudadana, y estamos proponiendo, EL PILÓN y el Banco de la República, un programa de conversatorios y acciones amplias, en que ha dado muestras la Alcaldía de participar y liderar. Otros se sumarán.

Vamos todos a hacer de Valledupar la ciudad de las fuentes de agua y de los árboles.

Editorial
18 junio, 2025

Valledupar, la ciudad de las fuentes de agua

¿Podemos imaginarnos una ciudad con un más agradable clima? Valledupar, por fortuna, tiene agua y es una ciudad de muchos árboles; estos ayudan con la sombra, producen oxígeno y absorben el CO₂ –tan vital en esta época del cambio climático–, aportan armonía y paisajismo, hospedan a la fauna y a otras especies vegetales como las epífitas, esas que se cuelgan de ellos.


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¿Podemos imaginarnos una ciudad con un más agradable clima? Valledupar, por fortuna, tiene agua y es una ciudad de muchos árboles; estos ayudan con la sombra, producen oxígeno y absorben el CO₂ –tan vital en esta época del cambio climático–, aportan armonía y paisajismo, hospedan a la fauna y a otras especies vegetales como las epífitas, esas que se cuelgan de ellos.

Y, no pocas veces, en parques y patios reúnen a las familias y a los amigos.

Entre otras funciones que cumplen, estamos en mora de declarar una docena de ‘árboles patrimoniales’, pero ese asunto lo abordaremos en otra ocasión. El punto central hoy es el agua, su administración y su mantenimiento.

La ciudad tiene unas condiciones favorables para la captación y distribución del agua. Si se llegare a invertir $100.000 millones por lo menos en redes y adecuaciones, la cosa sería mucho mejor, junto a las mejoras en la bocatoma, el tratamiento de agua potable y de aguas residuales. De modo que las necesidades de inversión son mucho mayores.

Con todo, si los árboles bajan la temperatura varios grados centígrados y el promedio de la ciudad en dos o más grados, deberían complementarse cabalmente, y no hay una mejor solución que el agua: las fuentes de agua.

Si usted va a una ciudad calurosa en un país del trópico, o al verano en los países de estaciones, se sorprende por el uso generalizado de fuentes de agua para el público: para beber, para climatizarse y para gozar de su exuberancia y belleza en las calles y plazoletas.

¿Por qué Valledupar no podría tener muchas fuentes de agua? ¿Por qué no tener cientos de ellas visibles al público y, en las noches, iluminadas?

Eso sí sería un elemento diferenciador de ciudad cálida y tropical en la Costa, incluso del país.

Algún paisano se le acerca al director de este medio y le dice: “Pero esa idea que tiene, aquí eso no funciona; no hemos dado para tener funcionando la Fuente de la Novena, y la que se instaló por Tuto Uhía cuando remodeló la plaza no duró una semana”.
El cuento no quedó ahí; continúa: “En el Parque de la Vida montaron una fuente luminosa de agua y se ha visto en operación muy pocas veces”.

No obstante, en algunas casas privadas y establecimientos comerciales y de eventos ya se empiezan a ver las primeras fuentes; son sencillas y el agua se recupera. Algunas funcionan con energía solar y son llamativas. Eso es factible y práctico hoy.

¿Y por qué no se proponen la Alcaldía, la Gobernación, Corpocesar, Emdupar y unos comités ciudadanos de ornato hacer de Valledupar la ciudad del agua y de los árboles?

Aunque nos consideramos malos administradores (lo cual ataca nuestra necesaria autoestima) y la palabra ‘mantenimiento’, tan determinante, se nos olvida de pensamiento y acción, ¡intentémoslo!

También se nos dice: “Mire, señor, entre perros callejeros, habitantes de calle y ladrones, no quedará fuente en la ciudad; si hay una pequeña bomba, la destartalan”.
Puede ser, pero decimos con vehemencia y demostración que las cosas, los hábitos y los cuidados cambian.

Antes, todos fumaban, lanzaban todo lo que tuvieran a mano a la calle, nadie tenía comprensión de hacer ejercicio físico, se irrespetaban todas las normas. Pero llegará el tiempo en que absolutamente nadie lo siga haciendo.

También es cierto que las condiciones de inseguridad y de escasa cultura ciudadana contribuyen a hacer más lento el cambio. Por ello, el municipio requiere una gran campaña en ese sentido de Cultura Ciudadana, y estamos proponiendo, EL PILÓN y el Banco de la República, un programa de conversatorios y acciones amplias, en que ha dado muestras la Alcaldía de participar y liderar. Otros se sumarán.

Vamos todos a hacer de Valledupar la ciudad de las fuentes de agua y de los árboles.