Por Claudia Patricia Nuñez Después de un receso retomo este espacio de opinión plasmando en él algunas reflexiones de lo que fue el primer foro de la actividad edificadora en Valledupar que se llevó a cabo el pasado 29 de Octubre y que fue organizado por CAMACOL, la Alcaldía Municipal y Fonvisocial. En este primer […]
Por Claudia Patricia Nuñez
Después de un receso retomo este espacio de opinión plasmando en él algunas reflexiones de lo que fue el primer foro de la actividad edificadora en Valledupar que se llevó a cabo el pasado 29 de Octubre y que fue organizado por CAMACOL, la Alcaldía Municipal y Fonvisocial. En este primer foro que obviamente no podrá ser el último pues estos espacios de interlocución son necesarios para la construcción de ciudad, se tocó un tema muy importante y es la visión de Valledupar como una ciudad-región, teniendo en cuenta su localización geográfica y el auge económico que ha tenido en los últimos años, pues bien, es un hecho que la ciudad se ha convertido para los Municipios de la Guajira, el Corredor Minero y Sur del Departamento del Magdalena, la principal fuente de adquisición de bienes y prestación de servicios, sin embargo, no es menos cierto, que tal condición no ha sido lo suficientemente aprovechada en virtud a que a esta ciudad no le han definido su vocación y en consecuencia no se han realizado las inversiones y las acciones para proyectarla conforme a la misma.
Nos llenamos la boca diciendo que somos una ciudad folklórica, la capital mundial del vallenato y sólo 5 días del año somos epicentro de una fiesta que se ha vuelto excluyente y en donde las expresiones autóctonas de nuestro folclor han sido reemplazadas por otros géneros musicales, vaya y busque usted a ver si lo encuentra en época diferente un conjunto vallenato en las calles del valle para que deleite a los visitantes, pregúntele a los vallenatos si conocen el origen del festival y cuántos aires musicales existen a ver si le contestan, no existe ninguna cadena de valor alrededor de la música vallenata que sea rentable y sostenible para la mayoría de los vallenatos, pues las verdaderas ganancias quedan en manos de unos pocos, hemos pretendido vender a Valledupar como una ciudad turística y hasta supuestamente somos una marca, pero que escenarios tenemos para mostrar? acaso un balneario hurtado a oscuras, un parque lineal que cada día es más devorado por la erosión del rio, un Guatapurí que se extingue ante la indiferencia de todos, una ciudad con altos índices de inseguridad, con una deprorable malla vial, un centro histórico en ruinas, unos parques en estado lamentable y ahora se nos exhorta a que impulsemos a Valledupar como una ciudad-región, con lo que debo decir estoy complemente de acuerdo, pues vivimos en un mundo globalizado en donde es necesaria la apertura para el progreso, pero para que esto se logre es indispensable que por fin el área metropolitana funcione con los fines para las que fue creada y que no pueden ser otros que la generación de una dinámica de desarrollo, intercambio comercial y la ejecución de megaproyectos que beneficien a los Municipios que la conforman, también se requiere la interconectividad con las áreas de influencias y de éstas hacia el Caribe colombiano y el interior del país, de igual manera de una adecuada infraestructura vial, un sistema de transporte funcional, una eficiente prestación de los servicios públicos, en la red hospitalaria y de salud, educación de calidad, unos gremios fortalecidos y proactivos, un ordenamiento territorial, urbanístico y ambiental claramente definidos, empoderamiento, educación de calidad, políticas de incentivos económicos para la pequeña y mediana empresa, proyectos de innovación y seguridad jurídica para la inversión de capital.
Si la vocación de Valledupar ha de ser la de una CIUDAD-REGIÓN asegurémonos de que podemos crear las condiciones para ello y proyectarla en tal sentido, sino tal visión no será más que un nuevo embeleco.