Ha venido tomando fuerza la percepción que entre los candidatos a la alcaldía de Valledupar no existe “visión de ciudad”. Apliquemos el beneficio de la duda, diciendo que los candidatos tienen o comparten una visión de ciudad. La pregunta es ¿por qué no la expresan claramente en cada intervención o en sus programas de gobiernos? […]
Ha venido tomando fuerza la percepción que entre los candidatos a la alcaldía de Valledupar no existe “visión de ciudad”. Apliquemos el beneficio de la duda, diciendo que los candidatos tienen o comparten una visión de ciudad. La pregunta es ¿por qué no la expresan claramente en cada intervención o en sus programas de gobiernos? No habría una única respuesta para ello, pero una de ellas, podría ser: en este momento del debate electoral, la prioridad pasa a conseguir los recursos de financiación y la adhesión de los votos.
Utilizando ese mismo beneficio de la duda, el otro interrogante que surge es: ¿que implica tener una visión de ciudad como plataforma de la propuesta de gobierno? La respuesta no podría ser una cantidad determinada de lineamientos de acción o de opiniones en múltiples temas; si no que por el contrario implica definir el “qué, cómo, cuándo y con quién” para construir una visión de gobierno, con gobernabilidad. Ahora, esto debe pensarse profundamente desde el momento en que se decide lanzar una candidatura y no pretender hacerlo a partir del primero de enero de 2016.
Tener visión de ciudad no solo tiene implicaciones durante las elecciones, también para cuando se es elegido como mandatario. Gobernar bajo una visión de ciudad exige más que un plan de desarrollo, más que ejecutar un presupuesto o hacer un par de obras armoniosamente publicitarias; realmente exige un proceso de ingeniería organizacional e institucional, dentro de las cuales se destacan, al menos cuatro elementos: 1. Un plan de desarrollo consistente y coherente con la realidad del ente territorial. 2. Diseñar un arreglo organizacional que permita la micro gerencia de la gestión. 3. Contar con un sistema de seguimiento orientado a la toma de decisiones, basado en la medición constante y permanente. 4. Constituir centros de gobiernos que faciliten la disertación, decisión y resolución de situaciones problemáticas, para tener canales de comunicación efectivos con el gobernado.
En estas circunstancias, nos podemos preguntar ¿visión de ciudad para que? ¿visión de gobierno para que? Para tener el “foco” (termino muy usado en planeación estratégica y en coaching) en una apuesta de ciudad que dirija la agenda de gobierno en los próximos 16 años. Como ciudadanos preguntémonos ¿cuál es nuestra visión de ciudad? y ¿para que esa visión?, eso nos dará “foco” sobre lo que queremos para nuestra ciudad y para nosotros como ciudadanos que la habitamos.
Después de leer lo anterior, cada quién valorará, sí sigue otorgando el beneficio de la duda a los candidatos, o por el contrario se les exige para que registren en un pacto de ciudadanía, a qué visión de ciudad le apuesta su propuesta de gobierno.
Ha venido tomando fuerza la percepción que entre los candidatos a la alcaldía de Valledupar no existe “visión de ciudad”. Apliquemos el beneficio de la duda, diciendo que los candidatos tienen o comparten una visión de ciudad. La pregunta es ¿por qué no la expresan claramente en cada intervención o en sus programas de gobiernos? […]
Ha venido tomando fuerza la percepción que entre los candidatos a la alcaldía de Valledupar no existe “visión de ciudad”. Apliquemos el beneficio de la duda, diciendo que los candidatos tienen o comparten una visión de ciudad. La pregunta es ¿por qué no la expresan claramente en cada intervención o en sus programas de gobiernos? No habría una única respuesta para ello, pero una de ellas, podría ser: en este momento del debate electoral, la prioridad pasa a conseguir los recursos de financiación y la adhesión de los votos.
Utilizando ese mismo beneficio de la duda, el otro interrogante que surge es: ¿que implica tener una visión de ciudad como plataforma de la propuesta de gobierno? La respuesta no podría ser una cantidad determinada de lineamientos de acción o de opiniones en múltiples temas; si no que por el contrario implica definir el “qué, cómo, cuándo y con quién” para construir una visión de gobierno, con gobernabilidad. Ahora, esto debe pensarse profundamente desde el momento en que se decide lanzar una candidatura y no pretender hacerlo a partir del primero de enero de 2016.
Tener visión de ciudad no solo tiene implicaciones durante las elecciones, también para cuando se es elegido como mandatario. Gobernar bajo una visión de ciudad exige más que un plan de desarrollo, más que ejecutar un presupuesto o hacer un par de obras armoniosamente publicitarias; realmente exige un proceso de ingeniería organizacional e institucional, dentro de las cuales se destacan, al menos cuatro elementos: 1. Un plan de desarrollo consistente y coherente con la realidad del ente territorial. 2. Diseñar un arreglo organizacional que permita la micro gerencia de la gestión. 3. Contar con un sistema de seguimiento orientado a la toma de decisiones, basado en la medición constante y permanente. 4. Constituir centros de gobiernos que faciliten la disertación, decisión y resolución de situaciones problemáticas, para tener canales de comunicación efectivos con el gobernado.
En estas circunstancias, nos podemos preguntar ¿visión de ciudad para que? ¿visión de gobierno para que? Para tener el “foco” (termino muy usado en planeación estratégica y en coaching) en una apuesta de ciudad que dirija la agenda de gobierno en los próximos 16 años. Como ciudadanos preguntémonos ¿cuál es nuestra visión de ciudad? y ¿para que esa visión?, eso nos dará “foco” sobre lo que queremos para nuestra ciudad y para nosotros como ciudadanos que la habitamos.
Después de leer lo anterior, cada quién valorará, sí sigue otorgando el beneficio de la duda a los candidatos, o por el contrario se les exige para que registren en un pacto de ciudadanía, a qué visión de ciudad le apuesta su propuesta de gobierno.