El amor y a la vida se reflejan en las notas de una canción vallenata que hizo vibrar a Colombia.
Si algo define la forma de componer del maestro Gustavo Gutiérrez Cabello, es su eterna alianza con el romance, con ese sentimiento que hace noble la melodía del acordeón y que endulza el sonido melancólico de las cuerdas de una guitarra.
Prueba de esa nostalgia que enamora es la canción ‘Sin medir distancias’, uno de sus temas más reconocidos y en el que narra la historia de una herida que parece no tiene cura. Un sentimiento que como él mismo describe: caracteriza, enmarca y define su forma de hacerle poesía al doloroso placer que produce el amor.
Al hablar de la historia de esta canción, Gustavo Gutiérrez aclara que es uno de los temas que más lo referencia, además asegura que tiene ese estilo particular que lo define y que lo hace dueño de una magia única y particular, ante el oído y los sentimientos de los amantes del vallenato. “‘Sin medir distancias, al igual que todos mis cantos, son líricos, son de ensoñación, de añoranza de lo vivido. Paso el tiempo tocando en el piano o en la guitarra, llevo una vida taciturna, calmada, soy así por naturaleza y esa canción es eso, es Gustavo Gutiérrez, es calmada y taciturna pero con mucho sentimiento”.
En relación a cómo nació el tema, este poeta aseguró que ‘Sin medir distancias’ es la combinación del camino largo de la vida buscando esa felicidad que nunca se alcanza pero que se convierte en la única ruta admisible para el hombre.
“La herida que siempre llevo en el alma no cicatriza,
inevitable me marca la pena que es infinita,
quisiera volar muy lejos muy lejos sin rumbo fijo,
buscar un lugar del mundo sin odio vivir tranquilo”
“Desde el comienzo de la canción es fácil saber lo que pasaba: Fue un momento de tristeza mía, estaba enamorado pero hablo de la herida que siempre llevo en el alma, la herida que no cicatriza” dijo el artista y explicó que en su caso el dolor no es solo relacionado al amor o desamor como tal sino que“el dolor es por lo que estoy viviendo y la incertidumbre del hecho futuro. Ese es mi dolor porque afortunadamente he sido de buenas en el amor” dijo Gutiérrez quien continuó su canto:
Eliminar las tristezas, las mentiras, las traiciones
no importa que nunca encuentre el corazón
lo que ha buscado de verdad
no importa el tiempo que ya es muy corto
en las ansias largas de vivir
cualquier minuto de placer
será sentido en realidad
si lleno el alma de eternidad.
Aunque para componer esta canción Gustavo Gutiérrez aceptó que estaba dolido por el proceder de la persona amada, también aseguró que el amor para él ha sido determinante pero que el desamor es pasajero.
Solitario en el recuerdo
se va alejando mi queja
amigos que me conocen me dirán: ¿qué es lo que pasa en tu interior?
No eres el mismo que conocimos
lleno de vida y de ilusión
se nota a leguas de verdad
que te lastima el corazón…
Al llegar a este punto, el maestro saca esa mirada que lo caracteriza y con su actitud de genio sonríe y afirma “Solía decir que soy fácil para querer y fácil para olvidar, y no es que mintiera cuando componía una canción; no señor, yo era sincero, cuando sacaba una canción, cuando estaba triste. Pero a los 20 días, ese amor estaba superado, y había resurgido otro. En el amor me siento afortunado porque hasta ahora, son muy pocas” dijo y levantó su mirada como tratando de recordar, una forma genial de terminar la historia de uno de sus temas más representativos, el mismo que arrancó más de una lagrima y fue coreado en las parrandas de amigos cuando se canta porque llegó la hora de partir sin medir distancias.