Al analizar su hoja de vida, su belleza, preparación física e intelectual, Anairis Cadavid Ardila resultó elegida como la Señorita Cesar 2018.
La beldad de 23 años nació en Valledupar el 5 de enero de 1995, mide 1.70 metros, con medidas 89-61-92, de cabello castaño claro, ojos verdes y piel blanca, cualidades con los que pretende conquistar al jurado calificador en el certamen nacional de la belleza que se realiza en Cartagena de Indias.
Ella es Administradora de Negocios Internacionales, egresada de la Universidad del Rosario en Bogotá, con maestría en Dirección Estratégica de la Empresa de la Universidad Francisco de Vitoria en Madrid, España.
Entre sus fortalezas está el dominio de varios idiomas: español, inglés y portugués.
Ella quiere ser Señorita Colombia para mostrar lo mejor de la mujer cesarense, para lo cual se ha venido preparando con mucha entrega y dedicación.
“Quiero ser la embajadora de nuestro departamento, exhibiendo nuestras costumbres, folclor y cultura, pero sobre todo dando a conocer la pujanza, entrega y poderío de la mujer del Cesar. Seré una representante idónea para llevar la vocería de las artesanas, profesionales y en general la mujer pujante y alegre”, afirmó la candidata, hija del administrador Gustavo Cadavid Arango, y de la psicologa Anairis Ardila Rangel.
¿CÓMO FUE LA ELECCIÓN?
La Corporación de Belleza del Cesar tenía incialmente una lista de 11 candidatas, a las que analizaron detalladamente, indagando sus vidas y la de sus familias para seleccionar tres finalistas; unas eran muy jóvenes, otras les faltaba preparación y se les recomendó participar el próximo año.
Así lo manifestó la presidenta de la Corporación, Elisabeth De Oñate, indicando que este año el jurado estuvo conformado por un psicólogo, un cirujano plástico, y la ex Señorita Cesar, Anabella Castro Sierra, quienes escogieron por unanimidad a Anairis.
La elección fue la noche del sábado en un recinto cerrado porque el Comité de Belleza del Cesar escogió la modalidad de elección privada. Ellos pueden escoger una fémina o por concurso público.
“Llevamos mucho tiempo por concurso público, pero nos quedamos con esa modalidad porque en la elección privada conocemos mejor su esencia y personalidad”, sustentó De Oñate.
A las tres finalistas la invitaron con cinco personas de su familia, los miembros de la corporación y del jurado a un desfile en traje de baño, y gala. Previamente tuvieron una integración deportiva en Masalin Gimnasio, donde estaban casi sin maquillaje, para analizar su resistencia física y ver qué les hace falta en cuanto al cuerpo.
Annelise Barriga Ramírez / EL PILÓN
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