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Un sastre que se luce con su trabajo

En su taller ubicado en el barrio Cañaguate, Euro confecciona sus diseños para satisfacer a sus clientes. Ahora lo único que le falta para completar su sueño es tener una sede propia en donde funcione su sastrería.

Su falta de amor por el estudio hizo que Euro Sierra Fuentes se dedicara a la sastrería, siguiendo el ejemplo de su tío. Reconoce que era perezoso para las clases en la escuela, por lo tanto un día su abuelo preocupado por su futuro, se lo trajo para Valledupar y lo llevó a donde un familiar para que comenzara a trabajar en un taller de mecánica, pero ese cuento de andar sucio y pegado de grasa no era con él, entonces decidió irse con su tío para la sastrería y allí aprender este arte que hoy le debe mucho.

Han pasado 22 años desde ese día en que Euro miraba cómo su tío cortaba la tela con sus afiladas tijeras y luego le daba pedal a una máquina negra marca Singer y luego mostraba un pantalón que hacía con mucha destreza.

Precisamente esa habilidad de su familiar y las creaciones que hacía conquistaron a este hombre que fue aprendiendo con solo mirar y hoy hace sus propios diseños con los que ha cautivado a su clientela que llegan de diferentes partes de Valledupar , incluso desde otras ciudades porque le gusta la forma en que confecciona.

“Hago pantalones y short para damas, ellas me buscan porque el corte es perfecto y no tienen que corregir nada, además del diseño que se les hacen, pero además hago pantalones y camisas para hombres que no tienen nada que envidiarle a los que se ofrecen en los reconocidos almacenes”, indicó Euro mientras cosía un pantalón blanco de un cliente que tiene más de diez años de preferir la ropa que le hace este talentoso sastre.

En dos horas, este hombre de 38 años, hace un pantalón, aunque a veces llegan muchas clientas y desde su carro lo llaman para que les reciba la tela para la ropa que necesitan él les haga con urgencias, así que le toca dejar a un lado su máquina y atender con el mismo cariño a estas personas que lo requieren.

“En época de vacaciones, este taller de sastrería permanece lleno porque llegan los estudiantes para que les haga la ropa y otros para que se las arregle porque donde viven, ya sea en Bogotá o en otra ciudad, no se los hacen con la misma dedicación que yo”, afirmó orgulloso de su trabajo.

Al hacer un balance de su oficio, expresó que confecciona más pantalones para mujeres que para hombre, tal vez porque las féminas estrenan más y les gusta lucir bien elegantes y estar al día con los adelantos de la moda.

Aunque no ha recibido una capacitación para ir perfeccionando su técnica, Euro cada día se propone a hacer mejor su trabajo, se preocupa para que la costura les guste a sus clientes, mira los avances de la moda para no quedarse estancado pero siempre guarda con recelo el corte tradicional en los pantalones, en especial para los hombres.

“Aquí viene el cliente y me dice qué es lo que quiere, me trae la tela y esa idea se la plasmo en las prendas de vestir”, dijo emocionado este hombre que creció entre las máquinas de coser, moldes, hilos y agujas.

Con orgullo puede decir que su trabajo es hecho en Valledupar y lo prefieren en diferentes partes del país, en especial en municipios de La Guajira, sin dejar a un lado a sus clientes que viven en Bogotá, que quienes consiente y por una empresa de mensajería les envía las prendas de vestir, porque ya les tiene las medidas o simplemente teniendo como referencia la talla.

Pero Euro no se queda con esos conocimientos y se los transmite a los muchachos que trabajan con él, que son jóvenes entre los 20 y 22 años, quienes derivan su sustento de este arte de la sastrería.

“La satisfacción más grande de mi trabajo, es que antes de acordarme que con esto voy a ganar plata, es que el cliente se vaya contento, que a uno lo reconozcan por su trabajo, que la gente en la calle me diga que el pantalón o la camisa que lleva puesto se lo hice yo, esto es gratificante, además no me puedo quejar porque con este oficio he conseguido para mantener a mi familia y para generar cuatro empleos más”, enfatizó en medio de la emoción por la labor que desempeña.

Sin haber estudiado, Euro Sierra es un gran diseñador y un sastre que tiene clientela en diferentes partes del país, con orgullo dice que su trabajo es ‘Hecho en Valledupar’.

En su taller ubicado en el barrio Cañaguate, Euro confecciona sus diseños para satisfacer a sus clientes. Ahora lo único que le falta para completar su sueño es tener una sede propia en donde funcione su sastrería.
El aprendizaje que ha logrado durante estos 22 años, este sastre se los transmite a su grupo de colaboradores de la sastrería.

Por YELENE CUAN PERTUZ/ EL PILÓN
redacción@elpilon.com.co

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