La noticia que se conoció ayer sobre la designación de Jonathan Malagón González, como ministro de Vivienda, Ciudad y Desarrollo, ha generado mucha expectativa en el departamento del Cesar, especialmente en su ciudad natal Valledupar.

Este vallenato, de 33 años de edad, tiene una hoja de vida brillante. Es economista egresado de la Universidad Nacional y administrador de empresas de la London School of Economics de Inglaterra.

También tiene una maestría en gerencia de la política económica de Columbia University, un máster en finanzas corporativas de la Universidad de Barcelona, un máster en banca de la U. Carlos III de Madrid y es Ph.D en Economía de Tilburg University.
En la actualidad es el vicepresidente de Asobancaria.

Fue director de Análisis Económico de Fedesarrollo, gerente general de Compartel – MinTIC, gerente de Control de Gestión y asistente del CEO y jefe de estudios económicos en Telefónica Colombia. También trabajó como investigador de Anif y como consultor del Pnud, la CAF y el Banco Mundial, entre otras entidades.

La juventud y preparación de este profesional que asumirá un cargo tan importante es para quitarse el sombrero. Además, podemos afirmar que no es un político, es un técnico elegido por mérito propio.

Malagón es de los pocos vallenatos que ha llegado a cargos ministeriales, la última ministra que tuvimos fue María Consuelo Araujo Castro, y en la actualidad está Fredys Socarrás Reales como viceministro de Empleo y Pensiones.

Con el pasar de las horas van saliendo más nombres para los diferentes cargos del gabinete de Duque y otro de la ciudad que suena para llegar allí es Luis Alberto Rodríguez, también economista de la Universidad Nacional, con estudios de posgrado en la Escuela de Economía de Toulouse y con maestría en Política Económica y Administración Pública de la Universidad de Columbia en New York. Él ha estado en el equipo de empalme con los temas de Hacienda, pero hay que esperar a ver cuál será su rol en el nuevo Gobierno.

Sin pretender que dé un trato especial para el departamento del Cesar, porque cómo ministro se debe trabajar por todo el país, confiamos en que los alcaldes y el gobernador ahora pueden tener la oportunidad de articular de mejor forma los proyectos de desarrollo para nuestra región.

Destacamos que la cuota cesarense es de las pocas en el gabinete que no tiene estigma, por lo que esta se convierte en una oportunidad de oro para que Malagón haga un buen trabajo y se siga proyectando como un profesional con capacidad y talento para contribuir con el desarrollo económico y social del país.