Acaban de cumplir hoy un mes y cinco días, como gobernador Luis Alberto Monsalvo y como alcalde Mello Castro. Hasta ahora su balance de trabajo e intenciones ha sido positivo, y sin embargo ya abundan los “balances” de sus obras de gobierno, y esto lo digo y lo escribo porque lo escucho muy a menudo. […]
Acaban de cumplir hoy un mes y cinco días, como gobernador Luis Alberto Monsalvo y como alcalde Mello Castro. Hasta ahora su balance de trabajo e intenciones ha sido positivo, y sin embargo ya abundan los “balances” de sus obras de gobierno, y esto lo digo y lo escribo porque lo escucho muy a menudo. Calma por favor.
No pelar el cobre amigos periodistas. Todavía las obras no han comenzado. Siempre he manifestado en mis columnas que en las democracias más o menos serias, para comenzarle a tomar el pulso a una nueva administración, el más drástico término de referencia suele ser los tres primeros meses. Si acaso, los cien días. Lo que en Francia llaman “el período de gracia”.
Pero aquí, hasta los más bien intencionados comentadores de la actualidad se extrañan que llevemos todo un mes y unos días y las cosas no han cambiado. Pues yo diría que sí han cambiado. Impaciencia que habría que atribuir a ingenuidad o juventud.
Otra cosa son los agrios ruidos del poder. Los que por desplazados o expósitos quieren sacarse el clavo a toda costa. Los que ya han comenzado a contabilizar reveces y a pronosticar apocalípticos fracasos de los actuales gobernantes.
Es visible, cuanto no grotesco. Verlos escandalizados por cualquier titular de prensa dudando de algunas cosas de la actual administración. Por ejemplo, las medidas sobre las motos. Estos personajes contradictores podrían ser más discretos. No se trata de no criticar sino de hacerlo bien, saber cuestionar desde un comienzo los hechos concretos que, por serlo resultan sintomáticos o preocupantes.
Estoy de acuerdo con algunas insinuaciones o recomendaciones que se le hacen de buena fe a Luis Alberto y al Mello. Lo que se espera de un gobierno que se postula como renovador es que comience a concretar las cosas. Tanto el gobernador como el alcalde lo vienen haciendo. Luis Alberto recorriendo de nuevo todo el departamento con su equipo de gobierno, analizando sus necesidades y convocando mesas de trabajo y talleres para concertar iniciativas y metas del Plan de Desarrollo Departamental período 2020-2023.
El segundo, Mello Castro visitando sus corregimientos y barrios marginados de la ciudad. Frenteando con carácter y pantalones los problemas presentados: invasiones, movilidad, desempleo, inseguridad, mejorando la calidad pedagógica, dotación de los ambientes académicos, gestionando la ampliación de la cobertura de alcantarillado y la inversión que tenga que hacerse en agua potable.
Igual los dos gobernantes han demostrado independencia plena ante todos los grupos políticos.
Una cosa es referirse a los hechos y otra cosa es prejuzgar, criticar por criticar, no es correcto ni es juicioso.
Por favor, esperemos los 100 días, tres meses, y finalmente, recomendarles que no exhalen el tufillo del resentimiento burocrático, ni huela a nostalgia del poder perdido.
Puntillazo: Cómo me agradan los últimos nombramientos: el de Lina de Armas Secretaria de Salud Municipal, el de Rafael Nicolás Maestre en Emdupar, John Valle Cuello en Corpocesar, Luis Carlos Ramírez asesor legal del alcalde, Vivian Namen en el Departamento. De acuerdo con la iniciativa de recuperación del mural de Guzmán Piedrahita. Del día sin moto, de acuerdo con el asesinato de los tres agresores en Bogotá, en legítima defensa. Dejen de joder tanto a Aida Merlano, ¿qué político no compra voto?
Postdata: Los trabajos que vienen realizando en la Calle 16 no están bien coordinados. Les falta planeación. Una vez entubada debe venir enseguida el pavimento. Sigue el despelote de las motos en el centro. Debe implantarse la dupla canina en los colegios para detectar el microtráfico (perros de vigilancia).
Acaban de cumplir hoy un mes y cinco días, como gobernador Luis Alberto Monsalvo y como alcalde Mello Castro. Hasta ahora su balance de trabajo e intenciones ha sido positivo, y sin embargo ya abundan los “balances” de sus obras de gobierno, y esto lo digo y lo escribo porque lo escucho muy a menudo. […]
Acaban de cumplir hoy un mes y cinco días, como gobernador Luis Alberto Monsalvo y como alcalde Mello Castro. Hasta ahora su balance de trabajo e intenciones ha sido positivo, y sin embargo ya abundan los “balances” de sus obras de gobierno, y esto lo digo y lo escribo porque lo escucho muy a menudo. Calma por favor.
No pelar el cobre amigos periodistas. Todavía las obras no han comenzado. Siempre he manifestado en mis columnas que en las democracias más o menos serias, para comenzarle a tomar el pulso a una nueva administración, el más drástico término de referencia suele ser los tres primeros meses. Si acaso, los cien días. Lo que en Francia llaman “el período de gracia”.
Pero aquí, hasta los más bien intencionados comentadores de la actualidad se extrañan que llevemos todo un mes y unos días y las cosas no han cambiado. Pues yo diría que sí han cambiado. Impaciencia que habría que atribuir a ingenuidad o juventud.
Otra cosa son los agrios ruidos del poder. Los que por desplazados o expósitos quieren sacarse el clavo a toda costa. Los que ya han comenzado a contabilizar reveces y a pronosticar apocalípticos fracasos de los actuales gobernantes.
Es visible, cuanto no grotesco. Verlos escandalizados por cualquier titular de prensa dudando de algunas cosas de la actual administración. Por ejemplo, las medidas sobre las motos. Estos personajes contradictores podrían ser más discretos. No se trata de no criticar sino de hacerlo bien, saber cuestionar desde un comienzo los hechos concretos que, por serlo resultan sintomáticos o preocupantes.
Estoy de acuerdo con algunas insinuaciones o recomendaciones que se le hacen de buena fe a Luis Alberto y al Mello. Lo que se espera de un gobierno que se postula como renovador es que comience a concretar las cosas. Tanto el gobernador como el alcalde lo vienen haciendo. Luis Alberto recorriendo de nuevo todo el departamento con su equipo de gobierno, analizando sus necesidades y convocando mesas de trabajo y talleres para concertar iniciativas y metas del Plan de Desarrollo Departamental período 2020-2023.
El segundo, Mello Castro visitando sus corregimientos y barrios marginados de la ciudad. Frenteando con carácter y pantalones los problemas presentados: invasiones, movilidad, desempleo, inseguridad, mejorando la calidad pedagógica, dotación de los ambientes académicos, gestionando la ampliación de la cobertura de alcantarillado y la inversión que tenga que hacerse en agua potable.
Igual los dos gobernantes han demostrado independencia plena ante todos los grupos políticos.
Una cosa es referirse a los hechos y otra cosa es prejuzgar, criticar por criticar, no es correcto ni es juicioso.
Por favor, esperemos los 100 días, tres meses, y finalmente, recomendarles que no exhalen el tufillo del resentimiento burocrático, ni huela a nostalgia del poder perdido.
Puntillazo: Cómo me agradan los últimos nombramientos: el de Lina de Armas Secretaria de Salud Municipal, el de Rafael Nicolás Maestre en Emdupar, John Valle Cuello en Corpocesar, Luis Carlos Ramírez asesor legal del alcalde, Vivian Namen en el Departamento. De acuerdo con la iniciativa de recuperación del mural de Guzmán Piedrahita. Del día sin moto, de acuerdo con el asesinato de los tres agresores en Bogotá, en legítima defensa. Dejen de joder tanto a Aida Merlano, ¿qué político no compra voto?
Postdata: Los trabajos que vienen realizando en la Calle 16 no están bien coordinados. Les falta planeación. Una vez entubada debe venir enseguida el pavimento. Sigue el despelote de las motos en el centro. Debe implantarse la dupla canina en los colegios para detectar el microtráfico (perros de vigilancia).