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Columnista - 4 junio, 2020

Tiro de chorro | ¿A quién creerle? Habrá tendereta

Hoy más que nunca en la historia tenemos más información que formación. Todo llega con rapidez a borbotones, como una alfaguara. El mundo cabe en un teléfono móvil, los viejos esquemas siguen siendo actuales, pero viejos. Parece un laberinto. Lo sabemos todo, pero no sabemos nada. Cada quien sabe un pedacito de todo, pero ese […]

Hoy más que nunca en la historia tenemos más información que formación. Todo llega con rapidez a borbotones, como una alfaguara. El mundo cabe en un teléfono móvil, los viejos esquemas siguen siendo actuales, pero viejos. Parece un laberinto. Lo sabemos todo, pero no sabemos nada. Cada quien sabe un pedacito de todo, pero ese pedacito puede ser tan cierto como tan falso. Seguimos enredados en pocas palabras.

En la historia costeña  en Barranquilla hubo un tiempo donde al periodista y  zorro del oficio, Marcos Pérez, la gente le creía más que al Gobierno.  Aquellos eternos paros de maestros, cuando ordenaban continuar las clases, los alcaldes anunciaban, pero los padres mientras no lo dijera Marcos, no mandaban a  la escuela a sus hijos.

Hoy el tema es a quién le creemos. El momento pandémico actual es el mejor ejemplo. Usted encuentra un científico en cada chat, en cada Twiter, en cada Faceboock, en cada fogonazo de Instagram. Hasta colegas  periodistas  explican el fenómeno mejor que infectólogos, epidemiólogos,  bacteriólogos y hasta entomólogos hay por todas partes. Los últimos para decirnos que el avispón asiático viene en tal barco y por tal puerto, y al mismo tiempo  el mosquito tigre empaca maletas y en los primeros días de agosto nos visitará con sus 26 males a bordo, si es  que acaso nos encuentran.

El Círculo de Periodistas de Valledupar, CPV, con la guía de Jorge Laporte y su equipo, y con el apoyo de la Universidad del Área Andina, sede Valledupar, con Gelca Gutiérrez liderando, dictaron una charla- si es que puede usarse la vieja palabrita- para escuchar a periodistas y para periodistas de todas las edades, sobre las expectativas de la profesión y para donde seguirá mañana. Aclaro que los viejos podemos quedarnos tranquilos en el rincón, pero los nuevos  les tocará buscarnos, al menos para contar historias, que seguirá indispensable si se cuenta bien.

 Dijeron los expertos en periodismo 4.0, según ellos la cuarta revolución industrial donde el activismo es el nuevo periodismo. Es una pregunta. Fueron claros  en insistir que a cada profesión  le llegará su Uber, para compararnos en temas de transporte. Ojo a los taxistas, al parecer lo único amarillo posible en pocos años en Valledupar, serán los mangos si tenemos suerte.

Cosas como la Economía de la atención, Cultura de nichos, Cultura de la gratuidad, Audiencias imaginadas y Periodismo aumentado es lo actual. Créanme tampoco tengo claridad total de los temas, como dicen los gobiernos: Me acabo de enterar.

El mundo se digitalizó de tal manera, que somos  un consumidor con número, mejor dicho  una cifra más. En el periodismo queda una ventanita, por ejemplo, volver a la esencia, buscar la verdad, investigar y ser profundo en los temas.  Credibilidad.

Lo demás es la moda, el enredo, la trama. Vainas como  live streaming, blog, y podcasting es lo último en guacherna. Por ahora no me pregunten para que sirven esas vainas, al final y para despegarme de la pantalla corrí a la tienda en busca de una chicha fría, y el tendero dijo precisamente cumplir 14 años, tres meses y dos días que no vendía chicha.

Aun hoy el mundo está lleno de analfabetas digitales y quienes manejan el tema no encuentran qué hacer con eso. Volver a los libros de papel recomiendan. Somos eso, una mezcla de números y letras. Volver a creer, pero… ¿a quién? Habrá tendereta.

Columnista
4 junio, 2020

Tiro de chorro | ¿A quién creerle? Habrá tendereta

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Edgardo Mendoza Guerra

Hoy más que nunca en la historia tenemos más información que formación. Todo llega con rapidez a borbotones, como una alfaguara. El mundo cabe en un teléfono móvil, los viejos esquemas siguen siendo actuales, pero viejos. Parece un laberinto. Lo sabemos todo, pero no sabemos nada. Cada quien sabe un pedacito de todo, pero ese […]


Hoy más que nunca en la historia tenemos más información que formación. Todo llega con rapidez a borbotones, como una alfaguara. El mundo cabe en un teléfono móvil, los viejos esquemas siguen siendo actuales, pero viejos. Parece un laberinto. Lo sabemos todo, pero no sabemos nada. Cada quien sabe un pedacito de todo, pero ese pedacito puede ser tan cierto como tan falso. Seguimos enredados en pocas palabras.

En la historia costeña  en Barranquilla hubo un tiempo donde al periodista y  zorro del oficio, Marcos Pérez, la gente le creía más que al Gobierno.  Aquellos eternos paros de maestros, cuando ordenaban continuar las clases, los alcaldes anunciaban, pero los padres mientras no lo dijera Marcos, no mandaban a  la escuela a sus hijos.

Hoy el tema es a quién le creemos. El momento pandémico actual es el mejor ejemplo. Usted encuentra un científico en cada chat, en cada Twiter, en cada Faceboock, en cada fogonazo de Instagram. Hasta colegas  periodistas  explican el fenómeno mejor que infectólogos, epidemiólogos,  bacteriólogos y hasta entomólogos hay por todas partes. Los últimos para decirnos que el avispón asiático viene en tal barco y por tal puerto, y al mismo tiempo  el mosquito tigre empaca maletas y en los primeros días de agosto nos visitará con sus 26 males a bordo, si es  que acaso nos encuentran.

El Círculo de Periodistas de Valledupar, CPV, con la guía de Jorge Laporte y su equipo, y con el apoyo de la Universidad del Área Andina, sede Valledupar, con Gelca Gutiérrez liderando, dictaron una charla- si es que puede usarse la vieja palabrita- para escuchar a periodistas y para periodistas de todas las edades, sobre las expectativas de la profesión y para donde seguirá mañana. Aclaro que los viejos podemos quedarnos tranquilos en el rincón, pero los nuevos  les tocará buscarnos, al menos para contar historias, que seguirá indispensable si se cuenta bien.

 Dijeron los expertos en periodismo 4.0, según ellos la cuarta revolución industrial donde el activismo es el nuevo periodismo. Es una pregunta. Fueron claros  en insistir que a cada profesión  le llegará su Uber, para compararnos en temas de transporte. Ojo a los taxistas, al parecer lo único amarillo posible en pocos años en Valledupar, serán los mangos si tenemos suerte.

Cosas como la Economía de la atención, Cultura de nichos, Cultura de la gratuidad, Audiencias imaginadas y Periodismo aumentado es lo actual. Créanme tampoco tengo claridad total de los temas, como dicen los gobiernos: Me acabo de enterar.

El mundo se digitalizó de tal manera, que somos  un consumidor con número, mejor dicho  una cifra más. En el periodismo queda una ventanita, por ejemplo, volver a la esencia, buscar la verdad, investigar y ser profundo en los temas.  Credibilidad.

Lo demás es la moda, el enredo, la trama. Vainas como  live streaming, blog, y podcasting es lo último en guacherna. Por ahora no me pregunten para que sirven esas vainas, al final y para despegarme de la pantalla corrí a la tienda en busca de una chicha fría, y el tendero dijo precisamente cumplir 14 años, tres meses y dos días que no vendía chicha.

Aun hoy el mundo está lleno de analfabetas digitales y quienes manejan el tema no encuentran qué hacer con eso. Volver a los libros de papel recomiendan. Somos eso, una mezcla de números y letras. Volver a creer, pero… ¿a quién? Habrá tendereta.