Desde este espacio hemos sido reiterativos en la necesidad de mejorar la oferta turística de Valledupar para que nuestra emblemática cultura y los sitios más representativos sean valorados por los mismos cesarenses y visitantes.
La falta de gestión gubernamental es una falla constante en esta área, sin embargo en las últimas semanas ha tenido un repunte importante, tanto que ya cuenta con una funcionaria encargada del tema de turismo, si la había antes ni se notaba.
Su primera buena obra, si así se le puede llamar, es el concurso que acaba de hacer la Oficina de Turismo de Valledupar para escoger el plato típico de la capital cesarense, que según la tradición oral ya estaba identificado, pero le hacía falta que se hiciera oficial, que tuviera doliente para que se promocionara nacional e internacionalmente.
Arroz de fideo, carne desmechada, plátano maduro, entre otros alimentos, hacen parte del plato típico. Los encargados de prepararlo y proponerlo fueron los estudiantes de Uparsistem, bajo la tutoría del chef Raidy Chacín, y de ahora en adelante este plato aparecerá en la publicación de un recetario que hará la Oficina de Turismo, coordinada por Elida Ochoa.
La idea de rescatar la identidad gastronómica había tenido varios intentos y solo hasta ahora se toma en serio el tema, porque según los expertos Valledupar no tenía identidad gastronómica, sino que estaba adaptando comida de La Guajira y Magdalena.
La selección del plato típico de Valledupar se da también paralelo a la apertura de un punto de atención al turismo en la Terminal de Transportes, en el cual conjugan esfuerzos la Cámara de Comercio, Migración Colombia, Policía de Turismo y la Alcaldía de Valledupar. Con esta oficina le ofrecen al turista la oportunidad de conocer apenas llegue a la ciudad la guía turística; es decir, tendrá información suficiente para disfrutar de lo mejor que tenemos: actividades culturales, deportivas y recreativas, restaurantes y sitios representativos.
Esto hacía falta en Valledupar, no solo para la época de Festival Vallenato, que dura cinco días, sino para que sea permanente. Que no se sienta orfandad turística, que el visitante se sienta a gusto, bien atendido, con la información que requiere. Ahora solo falta que se organice mejor la oferta musical. ¿A dónde va un turista si quiere escuchar un conjunto vallenato?