La semana pasada desde Radio Guatapurí se pidió que se inicie pronto el servicio de ‘alumbrado público ’ , previsto en la solución de una nueva empresa mixta, porque Valledupar ya no aguanta más su deficiente prestación, y lo mismo podríamos decir de la del ‘ tránsito’, ambas concedidas a 30 años. Razón que parece ser el denominador común del respaldo unánime de los concejales que dijeron a EL PILÓN, con ocasión de un informe de nuestra Unidad Investigativa, que el sector exigía una casi desesperada acción para superar el trancón y el desorden de la movilidad.
Estamos pasando así, quizá a las volandas, después de una larga parálisis municipal, de un ‘esquema de concesión a un particular’ a otro de prestación municipal a través de un esquema de constitución de una empresa de economía mixta, en la que el municipio se mete al negocio, con el inversionista privado, dentro de una sociedad comercial. Modalidad en la que presuponemos habría gran inversión, modernización de equipos, régimen de operación y contratación de derecho privado, nuevo personal técnico y administrativo, esperados resultados tangibles y satisfacción ciudadana.
Es llamativo que en el nuevo esquema los particulares tengan más acciones, se infiere entonces que el control de la sociedad. Esa condición tiene pros y contras.
Para analizarlos deberemos observar con detalle los estudios de consultoría previos que la Alcaldía anunció al Concejo haber hecho.
Hay tres aspectos sobre los cuales, por lo pronto, debemos llamar la atención:
Nos preguntamos cómo es el ‘gobierno corporativo’ ese que en buena hora la Superintendencia de Servicios Públicos recomienda a Emdupar, según registró nuestra reciente publicación.
Tratándose de las nuevas sociedades mixtas, cómo se dirigirán, cómo se seleccionarán los gerentes – ¿por decisión del alcalde a dedo como pasa en Emdupar? -, si hay una junta directiva integrada por profesionales con especial calificación; ¿cómo se tomarán las decisiones, son exigidas supramayorías o basta la mitad más uno de los votos? ¿Cómo se definirán los conflictos de intereses, regulados en el Código de Comercio, entre sus miembros y entre sus accionistas?, entre otros aspectos.
El segundo, ¿cómo se calificaron los accionistas del municipio, y por qué no hubo una amplia, pública y masiva invitación a la ciudadanía y a inversionistas locales? Hubo ese llamado cuando lo intentaron antes, nuestras entidades territoriales o el Gobierno nacional: hace como veinte años se pretendieron crear sociedades, que finalmente no se consolidaron, como Uparexport, para promover el favorable nuevo régimen de inversión de la ley de las Zonas Especiales de Exportación , ZEEE , una de las cuales era Valledupar, y la de Gases del Cesar, que se iba a encargar del servicio del gas natural, labor que terminó asumiendo Gases del Caribe.
Tercero. En fin, nos proponemos en saber más sobre la médula del cambio planteado, comprendida en la conocida máxima de los comerciantes, “socio, cuál es el negocio”, pero eso será motivo de próximas ediciones.