Según los habitantes de este popular sector de Valledupar, todos los días reportan algún tipo de delito. Aseguran que es poca la presencia de las autoridades.
En mi primera visita al barrio Sicarare me llevé una grata admiración por la gente de este sector de Valledupar, la cual me acogió plácidamente y aprovechó la oportunidad para hacerme saber los problemas que más los aqueja y por los cuales ha perdido la tranquilidad de la que antes gozaban.
La percepción de inseguridad que tienen los habitantes del Sicarare es alta por cuanto dijeron que a diario enfrentan robos, atracos, raponazos y otros delitos más que los tienen desesperados.
Justamente, en mi diálogo con la comunidad en el parque Blanco fui testigo de la captura que hizo la Policía de dos jóvenes y un adulto, en la calle 20C con 5B, que atracaron a habitantes del sector y la hirieron.
Después de la captura, los vecinos quedaron más preocupada por el tema de seguridad y no es para menos, temen ser víctimas de los dueños de los ajeno y en el peor de los casos resultar heridos o muertos en manos de la delincuencia.
Entre tanto, una vecina un poco más preocupada por la realidad del barrio, me exclamó: “Don Pilo ya no estamos ni seguros en nuestras propias casas, sentimos mucho miedo a toda hora”.
Lorenza Pérez caminó hasta donde me encontraba en presencia de la comunidad y aguardó unos minutos para decirme que la drogadicción poco a poco está consumiendo a los jóvenes del barrio y por ende aumentan los casos de robos.
Según me comentó la mujer, es común ver en los parques llenos de muchachos “metiendo vicios” ante la mirada impotente de las personas que pasan por allí.
“No es justo que nuestros hijos tengan que presenciar ese tipo de escenas. Además el olor a bazuco es insoportable, por eso no dejo que mis hijos y mis nietos vengan a jugar al parque”, agregó.
En esta declaración, pude sentir que la comunidad del barrio Sicarare ya está cansada de la inseguridad.
Gildardo López es un paisa que hace siete años reside en el Sicarare, proveniente de Guarne, y montó una tienda en la calle 20c bis con carrera 5, donde ha sido testigo del azote de la delincuencia.
El hombre fue muy claro al hablar del tema. Dijo que aunque él no ha sido víctima de los delincuentes sí le ha tocado observar cómo muchas mujeres que van en la calle son despojadas de sus pertenencias por hombres que se movilizan en motocicletas y bicicletas.
Después de hablar con la comunidad y de escuchar sus inquietudes, me queda claro el porqué la mayoría de las casas de este barrio están enrejadas.
En mi despedida de El Sicarare, la comunidad me pidió encarecidamente que visibilice sus problemas ante las autoridades competentes y que busque la manera de que ellos haya más compromiso con el barrio.
Don Pilo / Inngry Jácome Serrano
Según los habitantes de este popular sector de Valledupar, todos los días reportan algún tipo de delito. Aseguran que es poca la presencia de las autoridades.
En mi primera visita al barrio Sicarare me llevé una grata admiración por la gente de este sector de Valledupar, la cual me acogió plácidamente y aprovechó la oportunidad para hacerme saber los problemas que más los aqueja y por los cuales ha perdido la tranquilidad de la que antes gozaban.
La percepción de inseguridad que tienen los habitantes del Sicarare es alta por cuanto dijeron que a diario enfrentan robos, atracos, raponazos y otros delitos más que los tienen desesperados.
Justamente, en mi diálogo con la comunidad en el parque Blanco fui testigo de la captura que hizo la Policía de dos jóvenes y un adulto, en la calle 20C con 5B, que atracaron a habitantes del sector y la hirieron.
Después de la captura, los vecinos quedaron más preocupada por el tema de seguridad y no es para menos, temen ser víctimas de los dueños de los ajeno y en el peor de los casos resultar heridos o muertos en manos de la delincuencia.
Entre tanto, una vecina un poco más preocupada por la realidad del barrio, me exclamó: “Don Pilo ya no estamos ni seguros en nuestras propias casas, sentimos mucho miedo a toda hora”.
Lorenza Pérez caminó hasta donde me encontraba en presencia de la comunidad y aguardó unos minutos para decirme que la drogadicción poco a poco está consumiendo a los jóvenes del barrio y por ende aumentan los casos de robos.
Según me comentó la mujer, es común ver en los parques llenos de muchachos “metiendo vicios” ante la mirada impotente de las personas que pasan por allí.
“No es justo que nuestros hijos tengan que presenciar ese tipo de escenas. Además el olor a bazuco es insoportable, por eso no dejo que mis hijos y mis nietos vengan a jugar al parque”, agregó.
En esta declaración, pude sentir que la comunidad del barrio Sicarare ya está cansada de la inseguridad.
Gildardo López es un paisa que hace siete años reside en el Sicarare, proveniente de Guarne, y montó una tienda en la calle 20c bis con carrera 5, donde ha sido testigo del azote de la delincuencia.
El hombre fue muy claro al hablar del tema. Dijo que aunque él no ha sido víctima de los delincuentes sí le ha tocado observar cómo muchas mujeres que van en la calle son despojadas de sus pertenencias por hombres que se movilizan en motocicletas y bicicletas.
Después de hablar con la comunidad y de escuchar sus inquietudes, me queda claro el porqué la mayoría de las casas de este barrio están enrejadas.
En mi despedida de El Sicarare, la comunidad me pidió encarecidamente que visibilice sus problemas ante las autoridades competentes y que busque la manera de que ellos haya más compromiso con el barrio.
Don Pilo / Inngry Jácome Serrano