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Columnista - 21 febrero, 2011

San Juan no será la novia de Barrancas

Visión Universal Por Luis Mendoza Sierra En las tertulias de la Universidad Autónoma del Caribe de nuestra querida Barranquilla, con Reinaldo y Pablo Gámez, de Barrancas, y Santiago Zárate, de Carretalito, ellos, sobre todo, hacían frecuentes referencias al maravilloso impacto que tendría sobre la economía de La Guajira el desarrollo del complejo carbonífero de El […]

Visión Universal

Por Luis Mendoza Sierra
En las tertulias de la Universidad Autónoma del Caribe de nuestra querida Barranquilla, con Reinaldo y Pablo Gámez, de Barrancas, y Santiago Zárate, de Carretalito, ellos, sobre todo, hacían frecuentes referencias al maravilloso impacto que tendría sobre la economía de La Guajira el desarrollo del complejo carbonífero de El Cerrejón, que apenas comenzaba.
Con frecuencia llamaba la atención de ellos sobre las limitaciones y deficiencias de La Guajira en talento humano, tecnologías, organización empresarial, etc. Temía de tantas ilusiones fundadas en una explotación carbonífera localizada en la tierra del olvido, del contrabando, de la miseria. Un escenario con escasos avances en desarrollo productivo y educativo para sacar el mejor provecho de estas explotaciones del carbón guajiro.
Ojalá los barranqueros, les decía, no revivan aquella leyenda de la novia que aviada de velo y corona esperó al prometido en el atrio de la iglesia y la dejó plantada. Puede ocurrir que sólo tengamos acceso a puestos de trabajo no calificados y, naturalmente, a regalías, que poco o nada incidirían en el desarrollo de la región si no serían bien invertidas o si caían en manos de corruptos.
Los hechos son tozudos. En La Guajira, como vamos, van quedando los socavones, aunque reconozco avances de recuperación ambiental de Cerrejón, y los rieles del ferrocarril para que los indígenas pastoreen cabras y para que laman hierro.
Lamentablemente no hay ni siquiera adecuados desarrollos de servicios públicos, ni educación, ni infraestructura de vías, ni mucho menos procesos productivos  que suplan en el futuro las regalías que se esfuman como perfume en el aire. No se han desarrollado procesos de transferencia de tecnología y, definitivamente, el sector productivo no se organizó.
Dos décadas y media después, las oportunidades de negocio generadas por la explotación minera son para empresas y personas foráneas y, para colmo, buena parte de los trabajadores que se engancharon, especialmente como operadores de maquinaria, derrochan sus pingues ingresos en carros lujosos, whisky y mujeres. En fin, bacanales en las que algunos posan como potentados del dinero.
La llegada del emporio de las equis a La Guajira, específicamente a San Juan y Papayal, preludia un desastre igual, quizás superior. Sin embargo, no podría haber justificación para que con tantas lecciones y tantos tropezones, los sanjuaneros y papayaleros no levantemos el pie.
Si no lo saben sépanlo: Eike Batista, el hombre más rico del Brasil y el octavo en el mundo, llega a una de las regiones más pobres de Colombia, en donde invertirá en proyectos de producción y exportación de carbón en La Guajira –con puerto y ferrocarril propio–; además de oro en Santander y cinco bloques petroleros en el Magdalena Medio y los límites entre Cesar y La Guajira.
El grupo EBX, de su propiedad,  abrió en el país su filial MBX, con la compra de títulos de minería de carbón en La Guajira y Cesar, y ya tiene títulos mineros en nuestro departamento vecino, donde en 2009 se realizaron 266 perforaciones en un área de 90.000 metros, y se logró identificar un potencial de recursos de 1.700 millones de toneladas en minería a cielo abierto y subterránea.
En la primera fase producirán cinco millones de toneladas en las minas Cañaverales y Papayal, a cielo abierto, a partir del primer semestre de 2012. Una tercera mina, San Benito, ubicada en San Juan del Cesar, hará parte de la siguiente fase del proyecto. Se trata de una mina bajo tierra que tendrá una capacidad de producción de 15 millones de toneladas por año y contará con avanzada tecnología.
Este proyecto tendrá un costo de US$ 2.000 millones, aproximadamente, incluyendo la construcción de un ferrocarril para transportar el mineral y un puerto propio para exportarlo. Este último demandará una inversión superior a US$ 400 millones.
La meta para 2015 es exportar 20 millones de toneladas de carbón, que en su mayoría irán a Brasil, 7,5 millones de toneladas, y Chile, 5 millones de toneladas, donde están ubicados cuatro proyectos termoeléctricos del grupo.
¿Qué esperamos señores, gobernador, alcaldes, empresarios, academia, sociedad civil? ¿Seremos capaces de permitir que nos agarren con los calzones abajo?

SABLAZO

¿Quién carajo dijo, y perdonen que no entienda, que no hay festival? ¿Quién difunde semejante estupidez? Claro que hay. Cosa distinta es el camino sinuoso para algunos miembros de la Fundación.

luiscompetitivo@gmail.com

Columnista
21 febrero, 2011

San Juan no será la novia de Barrancas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Mendoza S.

Visión Universal Por Luis Mendoza Sierra En las tertulias de la Universidad Autónoma del Caribe de nuestra querida Barranquilla, con Reinaldo y Pablo Gámez, de Barrancas, y Santiago Zárate, de Carretalito, ellos, sobre todo, hacían frecuentes referencias al maravilloso impacto que tendría sobre la economía de La Guajira el desarrollo del complejo carbonífero de El […]


Visión Universal

Por Luis Mendoza Sierra
En las tertulias de la Universidad Autónoma del Caribe de nuestra querida Barranquilla, con Reinaldo y Pablo Gámez, de Barrancas, y Santiago Zárate, de Carretalito, ellos, sobre todo, hacían frecuentes referencias al maravilloso impacto que tendría sobre la economía de La Guajira el desarrollo del complejo carbonífero de El Cerrejón, que apenas comenzaba.
Con frecuencia llamaba la atención de ellos sobre las limitaciones y deficiencias de La Guajira en talento humano, tecnologías, organización empresarial, etc. Temía de tantas ilusiones fundadas en una explotación carbonífera localizada en la tierra del olvido, del contrabando, de la miseria. Un escenario con escasos avances en desarrollo productivo y educativo para sacar el mejor provecho de estas explotaciones del carbón guajiro.
Ojalá los barranqueros, les decía, no revivan aquella leyenda de la novia que aviada de velo y corona esperó al prometido en el atrio de la iglesia y la dejó plantada. Puede ocurrir que sólo tengamos acceso a puestos de trabajo no calificados y, naturalmente, a regalías, que poco o nada incidirían en el desarrollo de la región si no serían bien invertidas o si caían en manos de corruptos.
Los hechos son tozudos. En La Guajira, como vamos, van quedando los socavones, aunque reconozco avances de recuperación ambiental de Cerrejón, y los rieles del ferrocarril para que los indígenas pastoreen cabras y para que laman hierro.
Lamentablemente no hay ni siquiera adecuados desarrollos de servicios públicos, ni educación, ni infraestructura de vías, ni mucho menos procesos productivos  que suplan en el futuro las regalías que se esfuman como perfume en el aire. No se han desarrollado procesos de transferencia de tecnología y, definitivamente, el sector productivo no se organizó.
Dos décadas y media después, las oportunidades de negocio generadas por la explotación minera son para empresas y personas foráneas y, para colmo, buena parte de los trabajadores que se engancharon, especialmente como operadores de maquinaria, derrochan sus pingues ingresos en carros lujosos, whisky y mujeres. En fin, bacanales en las que algunos posan como potentados del dinero.
La llegada del emporio de las equis a La Guajira, específicamente a San Juan y Papayal, preludia un desastre igual, quizás superior. Sin embargo, no podría haber justificación para que con tantas lecciones y tantos tropezones, los sanjuaneros y papayaleros no levantemos el pie.
Si no lo saben sépanlo: Eike Batista, el hombre más rico del Brasil y el octavo en el mundo, llega a una de las regiones más pobres de Colombia, en donde invertirá en proyectos de producción y exportación de carbón en La Guajira –con puerto y ferrocarril propio–; además de oro en Santander y cinco bloques petroleros en el Magdalena Medio y los límites entre Cesar y La Guajira.
El grupo EBX, de su propiedad,  abrió en el país su filial MBX, con la compra de títulos de minería de carbón en La Guajira y Cesar, y ya tiene títulos mineros en nuestro departamento vecino, donde en 2009 se realizaron 266 perforaciones en un área de 90.000 metros, y se logró identificar un potencial de recursos de 1.700 millones de toneladas en minería a cielo abierto y subterránea.
En la primera fase producirán cinco millones de toneladas en las minas Cañaverales y Papayal, a cielo abierto, a partir del primer semestre de 2012. Una tercera mina, San Benito, ubicada en San Juan del Cesar, hará parte de la siguiente fase del proyecto. Se trata de una mina bajo tierra que tendrá una capacidad de producción de 15 millones de toneladas por año y contará con avanzada tecnología.
Este proyecto tendrá un costo de US$ 2.000 millones, aproximadamente, incluyendo la construcción de un ferrocarril para transportar el mineral y un puerto propio para exportarlo. Este último demandará una inversión superior a US$ 400 millones.
La meta para 2015 es exportar 20 millones de toneladas de carbón, que en su mayoría irán a Brasil, 7,5 millones de toneladas, y Chile, 5 millones de toneladas, donde están ubicados cuatro proyectos termoeléctricos del grupo.
¿Qué esperamos señores, gobernador, alcaldes, empresarios, academia, sociedad civil? ¿Seremos capaces de permitir que nos agarren con los calzones abajo?

SABLAZO

¿Quién carajo dijo, y perdonen que no entienda, que no hay festival? ¿Quién difunde semejante estupidez? Claro que hay. Cosa distinta es el camino sinuoso para algunos miembros de la Fundación.

luiscompetitivo@gmail.com