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Columnista - 24 septiembre, 2020

S- 26 de EL PILÓN

Caminante no hay camino, se hace camino al andar, dice una sabia sentencia popular. Hace 26 años, EL PILÓN nuestro diario regional, inició labores periodísticas cubriendo los diferentes aspectos de la vida económica, social y política de la región, lo nuestro. No le ha sido fácil es este un sector que, más que incentivos económicos, […]

Caminante no hay camino, se hace camino al andar, dice una sabia sentencia popular. Hace 26 años, EL PILÓN nuestro diario regional, inició labores periodísticas cubriendo los diferentes aspectos de la vida económica, social y política de la región, lo nuestro. No le ha sido fácil es este un sector que, más que incentivos económicos, lo que persigue es cumplir la noble misión de informar y en el cual solo un puñado de héroes asume este reto; mejores negocios hay.

Aquí la finalidad no es utilitaria ni mostrar un robusto estado de pérdidas y ganancias y no es el EBITDA (utilidades antes de impuestos, depreciación y amortizaciones) el que motiva a un editor aunque la actividad debe ser sostenible, a menos que exista un mecenas que haga este apostolado; los éxitos se miden más que todo por el cubrimiento, calidad y credibilidad de la información suministrada a la sociedad, a empresarios y lectores. La independencia ha sido una de las características destacadas de este diario, razón por la cual muchas veces se ha visto sitiado por la ausencia de pautas publicitarias del sector público que, a menudo, impone condiciones. La apertura democrática sobre la información y orientación de los columnistas, ha sido honrada.

Esta apuesta de libertad, además, ha tocado las puertas de la desgracia y el dolor dentro del periódico: dos de sus periodistas insignes fueron asesinados por informar la verdad; esto, sin embargo no ha detenido a EL PILÓN que, desde su fundador, Dixon Quiroz, hasta hoy con Juan Carlos Quintero, sigue abierto a la libre opinión de sus columnistas, que son variopintos. Confieso que jamás he recibido censura por mis opiniones críticas pero sustentadas que han versado sobre diferentes temas: políticos, sociales, económicos, culturales y religiosos, que no son cantaletas como dijo un colega columnista; son temas rutinarios y reiterados que estudio y analizo sobre la vida nacional, que se deben presentar así a muchos les incomode porque prefieren la frivolidad y la oscuridad.

Cuando los problemas persisten, el columnista también debe hacerlo, denunciando, informando y haciendo pedagogía. La misión de un columnista es informar y suscitar el debate. Lo que no debe hacer es, por ausencia de temas, escribir sobre sus veleidades y lúdica familiar, incluso sobre la muerte y cumpleaños de sus mascotas; esto es un desperdicio periodístico y un irrespeto para con el periódico por el espacio que le conceden y con el  lector;  sin embargo, este diario es tan amplio que lo permite.

La oportunidad que me ha dado EL PILÓN me ha servido para observar, analizar y transmitir conceptos y cifras sobre la realidad fáctica y profundizar mis conocimientos; todos mis artículos obedecen a hechos. Ya son 20 o más años dedicados a esta columna; el periódico me ha reconocido en dos ocasiones esta labor; también el CPV, generosamente, me otorgó el “Sirena Vallenata”. Estoy muy agradecido e incentivado a defender la misión de este periódico y mis principios. Seguiré iterando con altura sobre la actualidad y pertinencia de los temas a tratar sin perseguir, jamás, una lisonja.

Columnista
24 septiembre, 2020

S- 26 de EL PILÓN

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

Caminante no hay camino, se hace camino al andar, dice una sabia sentencia popular. Hace 26 años, EL PILÓN nuestro diario regional, inició labores periodísticas cubriendo los diferentes aspectos de la vida económica, social y política de la región, lo nuestro. No le ha sido fácil es este un sector que, más que incentivos económicos, […]


Caminante no hay camino, se hace camino al andar, dice una sabia sentencia popular. Hace 26 años, EL PILÓN nuestro diario regional, inició labores periodísticas cubriendo los diferentes aspectos de la vida económica, social y política de la región, lo nuestro. No le ha sido fácil es este un sector que, más que incentivos económicos, lo que persigue es cumplir la noble misión de informar y en el cual solo un puñado de héroes asume este reto; mejores negocios hay.

Aquí la finalidad no es utilitaria ni mostrar un robusto estado de pérdidas y ganancias y no es el EBITDA (utilidades antes de impuestos, depreciación y amortizaciones) el que motiva a un editor aunque la actividad debe ser sostenible, a menos que exista un mecenas que haga este apostolado; los éxitos se miden más que todo por el cubrimiento, calidad y credibilidad de la información suministrada a la sociedad, a empresarios y lectores. La independencia ha sido una de las características destacadas de este diario, razón por la cual muchas veces se ha visto sitiado por la ausencia de pautas publicitarias del sector público que, a menudo, impone condiciones. La apertura democrática sobre la información y orientación de los columnistas, ha sido honrada.

Esta apuesta de libertad, además, ha tocado las puertas de la desgracia y el dolor dentro del periódico: dos de sus periodistas insignes fueron asesinados por informar la verdad; esto, sin embargo no ha detenido a EL PILÓN que, desde su fundador, Dixon Quiroz, hasta hoy con Juan Carlos Quintero, sigue abierto a la libre opinión de sus columnistas, que son variopintos. Confieso que jamás he recibido censura por mis opiniones críticas pero sustentadas que han versado sobre diferentes temas: políticos, sociales, económicos, culturales y religiosos, que no son cantaletas como dijo un colega columnista; son temas rutinarios y reiterados que estudio y analizo sobre la vida nacional, que se deben presentar así a muchos les incomode porque prefieren la frivolidad y la oscuridad.

Cuando los problemas persisten, el columnista también debe hacerlo, denunciando, informando y haciendo pedagogía. La misión de un columnista es informar y suscitar el debate. Lo que no debe hacer es, por ausencia de temas, escribir sobre sus veleidades y lúdica familiar, incluso sobre la muerte y cumpleaños de sus mascotas; esto es un desperdicio periodístico y un irrespeto para con el periódico por el espacio que le conceden y con el  lector;  sin embargo, este diario es tan amplio que lo permite.

La oportunidad que me ha dado EL PILÓN me ha servido para observar, analizar y transmitir conceptos y cifras sobre la realidad fáctica y profundizar mis conocimientos; todos mis artículos obedecen a hechos. Ya son 20 o más años dedicados a esta columna; el periódico me ha reconocido en dos ocasiones esta labor; también el CPV, generosamente, me otorgó el “Sirena Vallenata”. Estoy muy agradecido e incentivado a defender la misión de este periódico y mis principios. Seguiré iterando con altura sobre la actualidad y pertinencia de los temas a tratar sin perseguir, jamás, una lisonja.