Empezamos con este otro verso de Julio César Daza que tiene pertinencia con nuestros escritos:
De todo y para todos nos da la tierra
Y la tratamos con dureza ama la naturaleza
Porque el problema se expande
Por ser nuestra casa grande
Salvemos nuestro planeta.
Si yo fuera pintor pintaría la lúgubre situación de los bosques, por eso escribo para manifestar lo que veo y lo que siento, vaticinando lo triste de nuestro futuro y lo hago con letras ante semejante adefesio.
En los terrenos baldíos de propiedad del Estado, operan concesiones y permisos y allí no reforesta nadie, la poca actividad de siembra se efectúa en terrenos particulares.
En esta actividad destructora tienen su visible cuota los madereros, los industriales, los colonos y los ganaderos.
Una de las actividades perversas de destrucción de bosques es la agricultura migratoria (ampliación de la frontera agrícola), especialmente para la ‘potrerización’ que no es otra cosa que la introducción del desierto.
No podemos olvidar que en algún momento los desequilibrios en la tenencia de la tierra, los estímulos de las mismas empresas madereras y la equivocada concepción de la Ley agraria en virtud de la cual la tala de árboles constituía y aún constituye mejora en la propiedad.
Tampoco podemos desconocer que la actividad de la industria forestal y de los colonos y la utilización de la madera para carbón y para minas, han llevado a la disminución de nuestra reserva de árboles hasta llegar en momentos a la dramática cifra de 320.000 hectáreas al año.
Nos preguntamos ¿Qué significado puede tener esta catástrofe ecológica? muy fácil, el aniquilamiento de la fauna silvestre, la destrucción de nuestros ecosistemas, la degradación de los suelos, la disminución de las corrientes de agua, la ruptura de los ciclos hidrológicos y la desaparición de muchas especies botánicas y animales que en muchos casos desconocemos totalmente.
Creemos no equivocarnos al anotar que está por encima de la calidad de la vida de todos los colombianos, por esto preguntamos ¿Cuáles son las razones de las “inconsecuencias” de las medidas gubernamentales en relación con la realidad de este problema del país? Consideramos que la solución no es solamente sembrar 180 millones de árboles hay que hacerle seguimiento estricto y continuo a este grave problema.
NOTA: Alcalde, le hacemos una sugerencia, ya que rescatamos quedando muy bonito el parque de Novalito, porque no rescatamos también el árbol de guayacán que está allí y se está muriendo por partes, ojo que este ejemplar es de los pocos que quedan en la ciudad, hagamos esa obra. Gracias.