El tema de consumo de alcohol en menores en Colombia registra unos indicadores escandalosos, situación que se les sale de las manos a las autoridades que a pesar de los controles que realizan no pueden evitar y mucho menos disminuir, si desde los hogares no se hace el primer filtro social que deben tener los niños y adolescentes que hoy son los principales consumidores de bebidas embriagantes.
En el Cesar la cosa no es diferente a otras ciudades capitales como Bogotá, Medellín y Cali, donde los jóvenes que consumen alcohol lo hacen de manera pública, ante la mirada impávida de la ciudadanía y las autoridades. Lo grave del asunto es que la tendencia del consumo de alcohol en jóvenes es progresiva.
Los estudios indican que en el país los niños y niñas comienzan a consumir bebidas alcohólicas dese los doce años, y aseguran que nueve de cada diez menores de 17 años ya han consumido algún trago, y de esos mismos diez, siete lo hicieron en el último año. Esto es tan serio que Colombia está entre los tres primeros países de Latinoamérica en consumo de alcohol en jóvenes.
Por eso EL PILÓN resalta las acciones que de manera conjunta están haciendo la Alcaldía de Valledupar, la Policía y la Personería Municipal, entre otras entidades para controlar la presencia de menores en sitios públicos donde expenden bebidas alcohólicas, y de paso controlar que discotecas, tabernas y estancos cumplan con las normas y expendan productos en buen estado.
Es importante que las regulaciones a los sitios sean objetivas y se apliquen las medidas legales a que haya lugar, como la sanción a los propietarios de dichos lugares, pero mucho más importante es que los padres de familia asuman su responsabilidad en estos casos. Es en la casa donde se hace el primer control, donde se enseña a los niños y jóvenes a respetar las normas.
Lo ideal es que las autoridades realicen estas jornadas de manera continua para evitar que los jóvenes se vuelvan dependientes del alcohol y se conviertan en adultos alcohólicos y por ahí derecho entren al mundo de las drogas. Este es un problema que se debe enfrentar desde el hogar, los colegios y la sociedad en general. Mientras no haya restricciones a la venta de bebidas alcohólicas, las cifras seguirán en aumento y con ello los casos de violencia, el consumo de drogas, los embarazos no deseados, las enfermedades de transmisión sexual y el suicidio. La responsabilidad familiar debe ser el primer paso.