Rosa María Romero, directora encargada del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, regional Cesar, manifestó que, a raíz de la evasión de nueve jóvenes retenidos en el Centro de Formación Juvenil del Cesar (antiguo Cromi), ubicado en el barrio La Esperanza de Valledupar, han realizado diversas reuniones articuladas con los entes territoriales, como la Policía Nacional, jueces y la Procuraduría, con el objetivo de fortalecer la seguridad del recinto.

“Hicimos varias proposiciones, como contratar seguridad privada para mitigar los riesgos de futuras evasiones. Afortunadamente, ocho de los nueve jóvenes ya reingresaron al Centro de Formación Juvenil, unos por sus propios medios, y otros porque sus familiares los llevaron directamente al centro para que continuaran cumpliendo con la sanción impuesta por el juez competente”, señaló.

La funcionaria manifestó que los jóvenes que reingresaron fueron valorados médica y psicológicamente y se encuentran cumpliendo con las actividades dentro del centro de formación. Además, seguirán con los estudios de caso para definir su situación legal.

Sobre el joven que aún falta por encontrar, dijo que es mayor edad y la Policía Nacional continúa en su búsqueda. “Ellos cometen los delitos siendo adolescentes y son sancionados siendo adolescentes. De acuerdo con los años de sanción, deben continuar en el centro y pueden alcanzar la mayoría de edad dentro de este, siguiendo con el cumplimiento de su sanción”.

Según Romero, en las recientes reuniones también se planteó un posible traslado del Centro de Formación a otro lugar, pero enfatizó que esto requiere tiempo y un trabajo articulado con las demás entidades que hacen parte del sistema de responsabilidad penal para adolescentes.

Por otro lado, el miércoles, en reunión de junta directiva, se definirá la seguridad privada del lugar. Asimismo, la Policía Nacional mantendrá la seguridad con rondas perimetrales y requisas frecuentes para evitar que los jóvenes fabriquen cualquier arma artesanal.

Los hechos

La fuga ocurrió poco después de recibir un medicamento psiquiátrico. Posteriormente, los adolescentes solicitaron elementos para jugar microfútbol en el patio de actividades y, en ese momento, intimidaron al funcionario de turno, aprovechando la ocasión para escapar. Se conoció que no provocaron daños, incendios ni hirieron a ninguno de los formadores que se encontraban en servicio.

Algunos de estos jóvenes están internados por los delitos de homicidio agravado, hurto calificado agravado y hurto simple.

Por Redacción Judicial