EL PILÓN dialogó con José Leonardo Valencia, rector nacional de la Fundación Universitaria del Área Andina, sobre el papel de la universidad privada, el sistema de educación colombiano y las acreditaciones internacionales y locales en las que están trabajando.
La Fundación Universitaria del Área Andina ha conquistado un espacio importante en materia de educación en la región. En diálogo con EL PILÓN, José Leonardo Valencia, rector nacional, contó que están trabajando para ser categorizados como universidad.
A finales del año pasado nos presentamos a la reacreditación Institucional Multicampus de la Universidad ante el Consejo Nacional de Acreditación porque ya se cumplió un periodo. Esperamos que todo salga muy bien.
Y simultáneamente nos retamos a presentarnos ante EQAA, Agencia Europea de Aseguramiento de la Calidad, por su nombre inglés, convirtiéndose así en la única Institución de Educación Superior que en la actualidad está respaldada por este reconocimiento en Colombia.
La obtención de esta acreditación internacional reconfirma que hoy cumplimos con los estándares más rigurosos de calidad, comparables solo con los de instituciones de prestigio a nivel mundial, lo que incrementa nuestra reputación, aumenta la confianza de nuestros grupos de interés y abre nuevas oportunidades de cooperación académica e intercambio de buenas prácticas.
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Refrendar la acreditación de alta calidad con el CNA, que es fundamental. Vienen dos internacionales, la que ya obtuvimos y los procesos de acreditación internacional de programas ante agencias europeas y norteamericanas que ya estamos tramitando. Pero también viene la transformación del Área Andina, pasando de institución universitaria a universidad.
También logramos que 39 programas sean reconocidos en equivalencia automática en el sistema Norteamericano a nivel federal. Eso es un logro muy importante porque significa que un estudiante que se gradúa en Colombia de Administración de empresas en el Área Andina tiene equivalencia automática como si su universidad perteneciera al sistema norteamericano.
En la Ley 30 del año 91, Colombia tiene unas tipologías que hacen referencia a las instituciones de educación superior. Las instituciones de educación superior en Colombia están en tipología de instituciones técnicas y tecnológicas, instituciones universitarias y universidades.
Las universidades son todas aquellas que tienen componentes de investigación mucho más profundos, tienen una oferta posgradual más amplia y más grande porque pueden tener en su oferta una variedad de programas de maestrías y doctorados, lo que le da cabida pues a tener una investigación mucho más profunda en todo su desarrollo investigativo.
Pues es algo odioso, pero pues existe. Yo diría que el Área Andina no tiene nada que envidiarle a una universidad porque tiene todo lo de una universidad. Lo que pasa es que está categorizada como institución universitaria y no como universidad.
Nosotros queremos migrar al componente de universidad, que es lo que somos, una universidad, sino que la ley tiene esta tipología.
Esperamos tener todo listo a finales de año con el fin de que Areandina se pueda transformar en universidad en el marco colombiano. Y estamos trabajando en nuestro primer programa de doctorado con el fin de tener una oferta doctoral a partir de esa transformación en universidad.
Hay retos muy grandes. Hay retos en cobertura muy amplios. Areandina tiene una puesta en la región muy grande. No hemos visto un desarrollo profundo en los últimos momentos que hemos vivido de esa cobertura. Ha estado limitada. No vemos que haya crecido la cobertura según lo previsto, que era los 500.000 estudiantes.
Este es un sistema mixto, donde hay instituciones de educación públicas y privadas. Ese sistema mixto es un referente en América Latina. Creo que debemos trabajar para que ese sistema mixto siga existiendo y sea el diferencial que tenemos. Articulamos universidades oficiales con no oficiales en una oferta de calidad en las regiones. Le apostamos mucho a la calidad, uno de los distintivos más importantes.
También hay una apuesta muy grande a la formación de ciclo corto, todo lo relacionado con credenciales, micro-credenciales, educación terciaria. Hay una apuesta muy grande porque indudablemente no todo el mundo tiene que ir a una formación profesional universitaria. Hablamos de un componente de formación de oficios que tanto requiere el país y que tanto se requiere en muchos sectores para ser competitivos.
Ahí es donde indudablemente cabe una educación para más personas y una cobertura mayor en el territorio, de acuerdo a la competitividad de la región.
También hay una apuesta fuerte hacia el humanismo. Las universidades tenemos que fortalecer la parte humana. Tenemos que trabajar las competencias del ser, para que ellos no sean solamente buenos profesionales, sino sean excelentes seres humanos, que es lo que este mundo del humanismo digital requiere.
Colombia es un país que ha desarrollado un sistema mixto que propende por la cobertura. Hay lugares donde la educación pública no llega yel acceso es limitado porque no existe la infraestructura, no existen los copos e indudablemente eso tiene unos costos muy altos.
Entonces es ahí donde entra el sector privado. Las fundaciones sin ánimo de lucro ayudan al sector público a aumentar la cobertura, a llegar al territorio donde se requiere educación de calidad y formar en competitividad a la gente para transformar territorio.
A veces suena utópico y retórico, pero si no hay educación, no hay desarrollo y necesitamos educar gente para que el desarrollo del país, el bienestar de su gente, cada vez sea mayor y sea mucho más palpable y más vivible por cada uno de los que hacemos parte de esta sociedad.
En Colombia hay 2.5 millones de estudiantes en el sistema, con una cobertura cercana al 55%. Falta un 45%. Y el 46% de los estudiantes que van a la educación superior colombiana lo hacen en universidades privadas o a instituciones de educación superior privadas.
Es un número muy representativo, casi 1.100.000 estudiantes que van a instituciones privadas porque ahí encuentran respuesta en la región, a la pertinencia, cobertura, calidad y a la posibilidad de formarse y educarse.
Por Deivis Caro
EL PILÓN dialogó con José Leonardo Valencia, rector nacional de la Fundación Universitaria del Área Andina, sobre el papel de la universidad privada, el sistema de educación colombiano y las acreditaciones internacionales y locales en las que están trabajando.
La Fundación Universitaria del Área Andina ha conquistado un espacio importante en materia de educación en la región. En diálogo con EL PILÓN, José Leonardo Valencia, rector nacional, contó que están trabajando para ser categorizados como universidad.
A finales del año pasado nos presentamos a la reacreditación Institucional Multicampus de la Universidad ante el Consejo Nacional de Acreditación porque ya se cumplió un periodo. Esperamos que todo salga muy bien.
Y simultáneamente nos retamos a presentarnos ante EQAA, Agencia Europea de Aseguramiento de la Calidad, por su nombre inglés, convirtiéndose así en la única Institución de Educación Superior que en la actualidad está respaldada por este reconocimiento en Colombia.
La obtención de esta acreditación internacional reconfirma que hoy cumplimos con los estándares más rigurosos de calidad, comparables solo con los de instituciones de prestigio a nivel mundial, lo que incrementa nuestra reputación, aumenta la confianza de nuestros grupos de interés y abre nuevas oportunidades de cooperación académica e intercambio de buenas prácticas.
Recomendado: Área Andina graduó la primera promoción de comunicadores formados en Valledupar
Refrendar la acreditación de alta calidad con el CNA, que es fundamental. Vienen dos internacionales, la que ya obtuvimos y los procesos de acreditación internacional de programas ante agencias europeas y norteamericanas que ya estamos tramitando. Pero también viene la transformación del Área Andina, pasando de institución universitaria a universidad.
También logramos que 39 programas sean reconocidos en equivalencia automática en el sistema Norteamericano a nivel federal. Eso es un logro muy importante porque significa que un estudiante que se gradúa en Colombia de Administración de empresas en el Área Andina tiene equivalencia automática como si su universidad perteneciera al sistema norteamericano.
En la Ley 30 del año 91, Colombia tiene unas tipologías que hacen referencia a las instituciones de educación superior. Las instituciones de educación superior en Colombia están en tipología de instituciones técnicas y tecnológicas, instituciones universitarias y universidades.
Las universidades son todas aquellas que tienen componentes de investigación mucho más profundos, tienen una oferta posgradual más amplia y más grande porque pueden tener en su oferta una variedad de programas de maestrías y doctorados, lo que le da cabida pues a tener una investigación mucho más profunda en todo su desarrollo investigativo.
Pues es algo odioso, pero pues existe. Yo diría que el Área Andina no tiene nada que envidiarle a una universidad porque tiene todo lo de una universidad. Lo que pasa es que está categorizada como institución universitaria y no como universidad.
Nosotros queremos migrar al componente de universidad, que es lo que somos, una universidad, sino que la ley tiene esta tipología.
Esperamos tener todo listo a finales de año con el fin de que Areandina se pueda transformar en universidad en el marco colombiano. Y estamos trabajando en nuestro primer programa de doctorado con el fin de tener una oferta doctoral a partir de esa transformación en universidad.
Hay retos muy grandes. Hay retos en cobertura muy amplios. Areandina tiene una puesta en la región muy grande. No hemos visto un desarrollo profundo en los últimos momentos que hemos vivido de esa cobertura. Ha estado limitada. No vemos que haya crecido la cobertura según lo previsto, que era los 500.000 estudiantes.
Este es un sistema mixto, donde hay instituciones de educación públicas y privadas. Ese sistema mixto es un referente en América Latina. Creo que debemos trabajar para que ese sistema mixto siga existiendo y sea el diferencial que tenemos. Articulamos universidades oficiales con no oficiales en una oferta de calidad en las regiones. Le apostamos mucho a la calidad, uno de los distintivos más importantes.
También hay una apuesta muy grande a la formación de ciclo corto, todo lo relacionado con credenciales, micro-credenciales, educación terciaria. Hay una apuesta muy grande porque indudablemente no todo el mundo tiene que ir a una formación profesional universitaria. Hablamos de un componente de formación de oficios que tanto requiere el país y que tanto se requiere en muchos sectores para ser competitivos.
Ahí es donde indudablemente cabe una educación para más personas y una cobertura mayor en el territorio, de acuerdo a la competitividad de la región.
También hay una apuesta fuerte hacia el humanismo. Las universidades tenemos que fortalecer la parte humana. Tenemos que trabajar las competencias del ser, para que ellos no sean solamente buenos profesionales, sino sean excelentes seres humanos, que es lo que este mundo del humanismo digital requiere.
Colombia es un país que ha desarrollado un sistema mixto que propende por la cobertura. Hay lugares donde la educación pública no llega yel acceso es limitado porque no existe la infraestructura, no existen los copos e indudablemente eso tiene unos costos muy altos.
Entonces es ahí donde entra el sector privado. Las fundaciones sin ánimo de lucro ayudan al sector público a aumentar la cobertura, a llegar al territorio donde se requiere educación de calidad y formar en competitividad a la gente para transformar territorio.
A veces suena utópico y retórico, pero si no hay educación, no hay desarrollo y necesitamos educar gente para que el desarrollo del país, el bienestar de su gente, cada vez sea mayor y sea mucho más palpable y más vivible por cada uno de los que hacemos parte de esta sociedad.
En Colombia hay 2.5 millones de estudiantes en el sistema, con una cobertura cercana al 55%. Falta un 45%. Y el 46% de los estudiantes que van a la educación superior colombiana lo hacen en universidades privadas o a instituciones de educación superior privadas.
Es un número muy representativo, casi 1.100.000 estudiantes que van a instituciones privadas porque ahí encuentran respuesta en la región, a la pertinencia, cobertura, calidad y a la posibilidad de formarse y educarse.
Por Deivis Caro