“…Yo lo considero el compositor universal del vallenato”, con esas palabras el compositor Alberto ‘beto’ Murgas describió el talento innato del juglar Emiliano Zuleta Baquero, quien en medio de una controversia con Lorenzo Morales compuso ‘La gota fría’, una de sus más célebres canciones.
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Al conmemorarse quince años de su muerte, Murgas aprovechó para recordar las cualidades del juglar, quien además de componer magistralmente, también fue un gran acordeonero, verseador, narrador de cuentos y agricultor, actividad de la que nacieron varias de sus canciones.
“Emiliano Zuleta fue para nosotros en Villanueva nuestro padre musical, sobre todo para mí que vivimos muy cerca, la distancia de nuestras casas era de unos 60 metros, y ahí yo conocí mucha gente que venían en busca de él”, dijo Murgas, al mencionar a juglares del departamento del Magdalena como ‘Pacho’ Rada y Abel Antonio Villa, quienes hacían sus parrandas con Zuleta cada 18 de septiembre, día de Santo Tomás, patrono de Villanueva, La Guajira.
“Todos esos músicos cuando venían a Villanueva para la fiesta de Santo Tomás buscaban al viejo Emiliano, pero, además, tuve la oportunidad de conocer a su grupo de amigos, que lo quisieron mucho, que también iban en esa época como Escalona, ‘Poncho’ Cotes, Beltrán Orozco…Esa gente que lo buscaban mucho porque él era el amigo querendón, que los hacía divertir con su musicalidad y su forma de ser”, añadió.
Recordó también que el talento de Emiliano Zuleta Baquero le brotó desde muy niño cuando un día le robó el acordeón a su tío Francisco Salas y sacó sus primeras notas musicales, sin imaginar, que con el pasar de los tiempos se convertiría en un juglar y referente de la música vallenata, padre de una dinastía conformada por cantantes, acordeoneros, narradores y repentistas.
“ERA UN ATREVIDO”
Según ‘Beto’ Murgas, Emiliano era “un atrevido”, al punto que un día enfrentó a un músico mayor que él, que en esa época era considerado el más reconocido de la región.
“…En esa época había un músico muy famoso en el acordeón que era ‘Chico’ Bolaños y era el mejor músico de la región y Emiliano era tan atrevido que un día ‘Chico’ llegó a la Jagua del Pilar y él trató de empestarlo con un acordeoncito muy antiguo y viejo. Cuando lo vio le echó este verso: ‘Aquí ha llegado Emiliano y ha llegado muy contento y también vengo dispuesto a enfrentarme con Bolaño’. Una falta de respeto porque él era un niño y el otro ya era un señor”, dijo Murgas en medio de risas al recordar esa hazaña.
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Contó también que ‘Chico’ Bolaños le respondió el verso: “‘Aquí ha llegado Emiliano y ha llegado como un loco, con un machetico mopo a matarse con Bolaño’”.
“Un acordeoncito muy viejo y de una hilera y ‘Chico’ Bolaño tenía uno nuevo y de dos hileras…Ese era el viejo Emiliano, un hombre que no le tenía miedo a nada y eso lo llevó a convertirse en el compositor universal del vallenato que precisamente en esa piqueria con ‘Moralito’ sacó ‘La gota fría’, que después la grabó Buitrago, ‘Colacho’, pero cuando lo hace Carlos Vives se convierte en una obra universal porque después la graba Paloma San Basilio, Julio Iglesias y ponle unas sesenta o setenta versiones más en el mundo; entonces por eso lo considero el compositor universal del vallenato”, finalizó.
NACIMIENTO DE UNA DINASTÍA
Fabio Zuleta, uno de los hijos del juglar Emiliano Zuleta Baquero, hizo un recorrido por su infancia al lado de su padre y narró los momentos en los que empezaron a acercarse a la música y las piqueria que formaban entre sus hermanos animados por el ‘Viejo Mile’.
La familia Zuleta Díaz nació en Villanueva, La Guajira, a excepción de Emiliano que nació en la casa de la vieja Sara en El Plan. Sin embargo, a los pocos meses de nacidos eran llevados por su padre a las estribaciones de la Serranía del Perijá donde fueron afianzándose en la música vallenata y descubriendo los talentos que tenían cada uno.
“En la sierra en esa época había era fogón y estaba en el suelo, nosotros nos sentábamos en unas banqueticas en la noche y a la orilla del fogón mi papá nos ponía a versear a ‘Poncho’ y a mí. Tendría ‘Poncho’ 8 años y yo 6, pero me acuerdo exactamente”, dijo Fabio.
Añadió: “’Poncho’ desde niño fue mejor verseador que yo y en cuanto al canto, yo quería cantar, pero ese no es el que quiere, y yo digo que esa garganta tan fuerte de ‘Poncho’ también se debió mucho a que como la finca era totalmente cordillera, nosotros salíamos a recoger las mulas, las vacas y de cerro a cerro nos comunicábamos por medio de los gritos y por eso es que yo hablo fuerte, porque me acostumbré desde niño a los gritos”.
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Fabio dijo también que de su padre heredó su estilo criollo y costumbrista para narrar las historias y la creatividad para hacerlo más llamativo.
“Además de haber sido compositor, acordeonero y un gran verseador, mi papá fue un gran narrador de cuentos costumbristas. Yo hace 30 años lo he hecho profesionalmente en la radio y en la televisión y el 50 % de mis cuentos son de mi papá, son anécdotas, son vivencias y yo tengo el estilo de él que es criollo y costumbrista. Mi papá cogía un cuento de un minuto y lo alargaba al tiempo que quisiera y yo soy lo mismo”, contó.
CANCIONES
Emiliano Zuleta Baquero compuso alrededor de 100 canciones, entre ellas ‘Carmen Díaz’, ‘El gallo viejo’, ‘La pimientica’, ‘El indio Manuel María’, ‘Las enfermeras’, siendo ‘La gota fría’ una de las más reconocidas. Sin embargo, hay una que llama la atención de Fabio y es ‘La enfermedad’, tema grabado por Los Hermanos Zuleta en una de sus primeras producciones musicales y de la que él hace parte de la historia.
“Hay una canción que la compuso mi papá en la sierra y estábamos ‘Poncho’ y yo muy niños e íbamos de la casa con mi papá para el cultivo de café y a mi papá en el camino le dio un desmayo. Nosotros nos fuimos para la casa a llamar a los trabajadores y lo llevaron cargado…. ‘Ay, una mañana que me levanté temprano, estando buenecito sano salí a caminar, al cabo rato sentí que me dio una cosa, una novedad furiosa que me estaba terminando, yo salí con ‘Poncho’ y Fabio para arriba y me dieron dos desmayos cuando iba’…así dice la canción”, cantó Fabio al recordar la letra de una de las composiciones de su padre.
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Por último, dijo que todos los días extraña al ‘Viejo Mile’ y que tiene la esperanza de algún día encontrarse con él en el cielo. “’El bien no es reconocido hasta que no es perdido’, cuando están vivo uno piensa que nunca se van a morir y después que los pierde es cuando uno más los anhela. Que no daría yo para que mi papá estuviera vivo. Han sido quince años y todos los días lo recordamos con alegría y tristeza”, finalizó.
POR: CARMEN LUCÍA MENDOZA CUELLO/ EL PILÓN