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¿Quién cuida a los bañistas en el balneario Hurtado?

Este año el balneario Hurtado ha sido escenario de infortunados sucesos que dejan dolor en familias vallenatas. En este mes van dos personas ahogadas en el río Guatapurí, la primera fue el primero de mayo, cerca al sitio donde está el monumento de la Sirena, y hoy fue en la zona del puente Colgante. Un joven de 20 años y ahora un niño de 10 años.

Estos infortunados y lamentables hechos, que bien pueden evitarse si existe de parte de los bañistas más precaución y prevención con las aguas del río Guatapurí, también sirven para reflexionar sobre la necesidad de que este sitio de recreación y diversión de la ciudad de Valledupar, tenga de forma permanente, especialmente los fines de semana, feriados y vacaciones, personal de auxilio y socorro.

En las playas de Palomino, en La Guajira, donde el oleaje es fuerte y agresivo, pero sus playas atraen turistas de toda Colombia y el exterior, están personas permanentemente cuidando a los bañistas, diciéndoles dónde pueden y no pueden meterse, les advierten una y otra vez porque quieren evitar tragedias, y fueron estas mismas las que los obligó a implementar estas medidas. No portan uniformes de ningún organismo de socorro, son habitantes de este poblado, comerciantes que quieren que los visitantes disfruten el sitio de manera sana y sin tragedias.

Valledupar ya ha crecido, hace décadas se sabe que el río Guatapurí, especialmente el balneario Hurtado, es el sitio predilecto de sus habitantes y de sus visitantes. Cada día se observan turistas, personas de todos los rincones del país que llegan a conocer y a deleitarse en las frías aguas de este cauce.

Hace tiempo que se ha hablado de que haya vigía, salvavidas, se han hecho incontables campañas para cuidar el río, para limpiarlo, para que sea un sitio bonito y limpio. Todos estos esfuerzos se valoran, pero aún falta más.

La Alcaldía de Valledupar o la Gobernación del Cesar pueden hacer un convenio con la Defensa Civil, o bien conformar y capacitar a un grupo de salvavidas, de guías si quieren, que les expliquen a sus visitantes cómo es el río, sus fortalezas, debilidades y sus riesgos. Aunque se entiende que la responsabilidad de los niños es de los padres o adultos que los acompañan, y que cada persona debe asumir medidas de protección en los lugares por donde se desplaza, las autoridades no deben soslayar de esta situación.

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