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Editorial - 21 abril, 2019

Que vuelva Carlos Vives al Guatapurí

Los controles para organizar la ronda del río Guatapurí en inmediaciones del balneario Hurtado han perdido rigor, puesto que las estrictas medidas para garantizar un entorno más agradable para los visitantes y amigable con el medio ambiente se han ido diluyendo.

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Los controles para organizar la ronda del río Guatapurí en inmediaciones del balneario Hurtado han perdido rigor, puesto que las estrictas medidas para garantizar un entorno más agradable para los visitantes y amigable con el medio ambiente se han ido diluyendo.

Con gran preocupación observamos cómo ha ido desapareciendo la espesa vegetación cubría el acceso al monumento de la Sirena de Hurtado, y hoy se ha convertido en un estadero, donde han sido erradicados árboles para darle paso a terraplenes que ofrecen una nueva vista a los turistas del otro lado del río, frente al deteriorado Pueblito Vallenato, en otrora sitio emblemático del afluente.

El caudal del río ha menguado, pero no solo por el duro verano que se ha presentado en la región, sino por la mano del hombre en el páramo de la Sierra Nevada de Santa Marta, porque contrario a lo que muchos creen, el Guatapurí no nace del deshielo, sino de la vegetación del páramo que en los últimos años ha sido afectada por malas prácticas agrícolas de indígenas y campesinos, según nos han confirmado ambientalistas que le han seguido la pista al problema.

Aunque por estos días de lluvia veamos al Guatapurí con mayor caudal, debemos ser conscientes de que un gran cáncer lo está matando, y ese cáncer no es otro que la inconsciencia humana sobre la importancia del cuidado del medio ambiente.

Los problemas en la cuenca alta, media y baja son mayúsculos. El riesgo del páramo antes mencionado, la deforestación y el cerco con terraplenes en inmediaciones de Hurtado y ni que decir de los botaderos de basura a cielo abierto en la rivera, a pocos kilómetros de la desembocadura al río Cesar, los cuales hemos denunciado en este medio de comunicación, donde el panorama sigue siendo desolador.

Para afrontar los problemas del río y planear soluciones se necesita mayor compromiso de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, de la Secretaría de Gobierno Municipal, de la Secretaría de Ambiente del Cesar, de los vecinos del río, de los comerciantes, de los turistas y de toda la ciudadanía en general.

Este es el gran tesoro natural de Valledupar, un río que abastece de agua no solo a esta ciudad, de manera indirecta su torrente llega a casi medio departamento, teniendo en cuenta que el agua potable procesada por Emdupar termina en diferentes municipios cesarenses, e inclusive de La Guajira, y Magdalena.

Urge la necesidad la necesidad de avanzar en el Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca Hidrográfica del Guatapurí, un plan del que mucho se ha hablado, bastante se ha invertido, pero poco se conoce.
Necesitamos autoridades más comprometidas, que no sean tan mediáticas y que no solo reaccionen ante el llamado de personajes de amplio reconocimiento, como en vísperas del pasado Festival Vallenato, cuando el cantante Carlos Vives hizo un llamado de atención que desencadenó en una profunda limpieza y medidas de control en el balneario Hurtado.
Si queremos que las futuras generaciones tengan el privilegio de disfrutar de nuestro río todos debemos comprometernos, pero no quedar solo en el discurso, hay que pasar a los hechos.

Editorial
21 abril, 2019

Que vuelva Carlos Vives al Guatapurí

Los controles para organizar la ronda del río Guatapurí en inmediaciones del balneario Hurtado han perdido rigor, puesto que las estrictas medidas para garantizar un entorno más agradable para los visitantes y amigable con el medio ambiente se han ido diluyendo.


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Los controles para organizar la ronda del río Guatapurí en inmediaciones del balneario Hurtado han perdido rigor, puesto que las estrictas medidas para garantizar un entorno más agradable para los visitantes y amigable con el medio ambiente se han ido diluyendo.

Con gran preocupación observamos cómo ha ido desapareciendo la espesa vegetación cubría el acceso al monumento de la Sirena de Hurtado, y hoy se ha convertido en un estadero, donde han sido erradicados árboles para darle paso a terraplenes que ofrecen una nueva vista a los turistas del otro lado del río, frente al deteriorado Pueblito Vallenato, en otrora sitio emblemático del afluente.

El caudal del río ha menguado, pero no solo por el duro verano que se ha presentado en la región, sino por la mano del hombre en el páramo de la Sierra Nevada de Santa Marta, porque contrario a lo que muchos creen, el Guatapurí no nace del deshielo, sino de la vegetación del páramo que en los últimos años ha sido afectada por malas prácticas agrícolas de indígenas y campesinos, según nos han confirmado ambientalistas que le han seguido la pista al problema.

Aunque por estos días de lluvia veamos al Guatapurí con mayor caudal, debemos ser conscientes de que un gran cáncer lo está matando, y ese cáncer no es otro que la inconsciencia humana sobre la importancia del cuidado del medio ambiente.

Los problemas en la cuenca alta, media y baja son mayúsculos. El riesgo del páramo antes mencionado, la deforestación y el cerco con terraplenes en inmediaciones de Hurtado y ni que decir de los botaderos de basura a cielo abierto en la rivera, a pocos kilómetros de la desembocadura al río Cesar, los cuales hemos denunciado en este medio de comunicación, donde el panorama sigue siendo desolador.

Para afrontar los problemas del río y planear soluciones se necesita mayor compromiso de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, de la Secretaría de Gobierno Municipal, de la Secretaría de Ambiente del Cesar, de los vecinos del río, de los comerciantes, de los turistas y de toda la ciudadanía en general.

Este es el gran tesoro natural de Valledupar, un río que abastece de agua no solo a esta ciudad, de manera indirecta su torrente llega a casi medio departamento, teniendo en cuenta que el agua potable procesada por Emdupar termina en diferentes municipios cesarenses, e inclusive de La Guajira, y Magdalena.

Urge la necesidad la necesidad de avanzar en el Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca Hidrográfica del Guatapurí, un plan del que mucho se ha hablado, bastante se ha invertido, pero poco se conoce.
Necesitamos autoridades más comprometidas, que no sean tan mediáticas y que no solo reaccionen ante el llamado de personajes de amplio reconocimiento, como en vísperas del pasado Festival Vallenato, cuando el cantante Carlos Vives hizo un llamado de atención que desencadenó en una profunda limpieza y medidas de control en el balneario Hurtado.
Si queremos que las futuras generaciones tengan el privilegio de disfrutar de nuestro río todos debemos comprometernos, pero no quedar solo en el discurso, hay que pasar a los hechos.